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El Mundo

Gisella Cardia es acusada de fraude tras revelarse el origen de las lágrimas de la Virgen de Trevignano

La virgen que lloraba sangre: un ADN determinó que era de una mujer, que ahora está siendo investigada por la justicia.

Roma, Italia — La polémica figura de Gisella Cardia, autoproclamada vidente de la Virgen de Trevignano, se encuentra en el centro de una investigación judicial tras revelarse que las supuestas lágrimas de sangre de una estatua mariana tenían origen humano y femenino, y correspondían con su propio ADN.

La revelación surge de estudios científicos realizados en la Universidad de Roma Tor Vergata, donde se analizaron muestras recogidas de la estatua de la Virgen que Cardia aseguraba que lloraba sangre. Los resultados de laboratorio confirmaron que no se trataba de un fenómeno milagroso, sino que las lágrimas eran sangre humana femenina y coincidían genéticamente con la de la propia Cardia, lo que desató un escándalo de proporciones internacionales.

Desde 2016, Cardia viene convocando multitudes de fieles y devotos en reuniones públicas de oración en Trevignano Romano, al norte de Roma, alegando que recibe mensajes divinos de la Virgen María y de Jesús, y que las lágrimas en la estatua eran una señal del cielo. Gracias a la masiva atención, logró reunir importantes sumas de dinero en donaciones, hoy cuestionadas por sus propios seguidores.

Frente a los análisis, la abogada de Cardia, Solange Marchignoli, defendió a su clienta diciendo que el ADN hallado podría tener una "composición mixta" producto del contacto frecuente con la estatua: “La besó, la tocó, la manipuló. Eso pudo haber dejado rastros biológicos”. Además, pidió esperar los resultados oficiales de la pericia, que serán entregados a las autoridades el próximo 28 de febrero.

Sin embargo, la presión social y legal crece. Muchos de sus seguidores —algunos de los cuales realizaron significativas contribuciones económicas— ahora acusan a Cardia de fraude y enriquecimiento ilícito, y exigen la devolución del dinero donado. La fiscalía ya ha ordenado una investigación más profunda, con la participación del genetista forense Emiliano Giardina y la recolección de muestras directas de Cardia para contrastar con las ya obtenidas.

Mientras tanto, el caso de la “Virgen que llora sangre” deja al descubierto los peligros de la fe ciega, la manipulación de creencias populares y la necesidad de que la ciencia acompañe con rigor los análisis en situaciones que movilizan emociones profundas y grandes recursos. La justicia italiana ahora tiene la última palabra.

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