Washington, EE. UU. — En plena escalada de la guerra comercial con varios países del mundo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmó este lunes su postura firme sobre la política arancelaria y descartó cualquier posibilidad de suspender los gravámenes mientras continúan las negociaciones. El mandatario republicano sostuvo que su gobierno busca “acuerdos justos” pero no está dispuesto a ceder terreno.
Durante una reunión en el Despacho Oval de la Casa Blanca con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, Trump fue tajante: “No estamos considerando eso —en referencia a una suspensión de los aranceles—. Tenemos muchísimos países que vienen a negociar acuerdos con nosotros, y serán acuerdos justos”, afirmó.
Las declaraciones se producen días después de que entraran en vigor nuevos aranceles del 10 % a nivel global, anunciados por el propio Trump el pasado 2 de abril. Además, el gobierno estadounidense se prepara para imponer tasas aún más altas dirigidas a regiones específicas como China y la Unión Europea, que comenzarán a aplicarse desde este miércoles.
“Estados Unidos primero”
El presidente insistió en su política de "Estados Unidos primero", un lema que ha caracterizado su administración en asuntos comerciales. “Si logramos un acuerdo realmente justo y beneficioso para Estados Unidos, eso es ‘Estados Unidos primero’. En el pasado no fue así, y no voy a tolerarlo más”, remarcó Trump, aludiendo a lo que considera décadas de desventajas en los tratados comerciales firmados por su país.
En esa línea, el mandatario reveló que este mismo lunes mantuvo una “muy buena conversación” con el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, sobre la posibilidad de alcanzar un nuevo pacto comercial. Sin embargo, advirtió que, de no lograrse entendimientos “beneficiosos”, su administración no dudará en mantener los aranceles. “Si no conseguimos acuerdos justos, no tendremos nada que hacer con ellos”, dijo.
El presidente también abrió la posibilidad de que algunos aranceles se mantengan en forma permanente, como una herramienta estratégica para asegurar condiciones equitativas en el comercio internacional. Aunque no ofreció detalles concretos, esta posibilidad podría tensar aún más las relaciones con aliados tradicionales y potencias económicas como China y la UE.
Reacciones y contexto
La postura inflexible de Trump genera preocupación en los mercados internacionales y entre socios comerciales históricos de EE. UU., que ven en la política arancelaria del mandatario un riesgo para el libre comercio y la estabilidad económica global. Las medidas proteccionistas ya han provocado represalias de parte de China y amenazas de acciones similares por parte de la Unión Europea.
Mientras tanto, en el plano interno, el gobierno apuesta a consolidar su base electoral reforzando el discurso de defensa de los intereses económicos nacionales. El impacto de esta política, sin embargo, genera opiniones divididas incluso dentro del Congreso y el sector empresarial estadounidense.
Con una guerra comercial en desarrollo y negociaciones en marcha con múltiples naciones, la estrategia de Trump pone en evidencia una nueva etapa en la diplomacia comercial norteamericana, centrada en la presión, el endurecimiento y la bilateralidad, con la promesa de lograr condiciones “justas” para el país.