El caso que estremeció a Tucumán en 2004 sumó un nuevo capítulo. Alejandro Darío Pérez, uno de los condenados por el brutal asesinato del juez Víctor Agustín Aráoz, fue detenido en las últimas horas en la ciudad de Lules, donde había regresado tras años de mantenerse oculto. Su presencia en el lugar fue advertida por los investigadores, que lograron atraparlo tras una breve vigilancia.
El crimen ocurrió el 26 de noviembre de 2004, cuando Aráoz fue asesinado de diez disparos en su casa de Yerba Buena. La causa judicial fue tan extensa como polémica, con un trasfondo pasional y un proceso cargado de controversias. Pérez, junto a la también condenada Ema Gómez, recibió prisión perpetua por homicidio agravado. Sin embargo, tras conocerse la sentencia, logró escapar y se mantuvo prófugo durante más de una década.
Los investigadores sospechaban que nunca se había ido del todo y que mantenía contactos con su entorno familiar. Finalmente, su regreso a Lules terminó marcando su caída.
La Justicia sostuvo en su momento que Pérez, expolicía con antecedentes de conducta violenta, reaccionó con furia al encontrar a su amante Gómez envuelta en una pelea con Aráoz, y fue él quien descargó los diez disparos que terminaron con la vida del magistrado.
Además de Pérez y Gómez, un tercer involucrado, Andrés Fabersani, también fue condenado, aunque su pena fue menor y la cumplió alojado en una dependencia policial. Hoy, se encuentra en libertad y trabaja en el sector privado.