Sebastián tenía 20 años y murió en Florencio Varela aplastado por las ruedas de un colectivo de la línea 500 luego de que cediera el piso de la unidad en la que viajaba. Mieres y Cecilia, sus padres, responsabilizaron a la empresa y aseguraron que el chofer "no tiene nada que ver con lo que pasó".
La tragedia ocurrió el viernes en la localidad de Villa Batteone, en la esquina de Belgrano y Vicente López. Testigos indicaron que Sebastián viajaba en la parte delantera del colectivo, sobre los escalones junto a la puerta, uno de los cuales cedió, provocando que el joven cayera debajo de la unidad y fuera aplastado por las ruedas traseras.
"El chofer se dio cuenta que los de atrás no pagaron y les dice que se bajaran o el colectivo no salía, ahí empezó el problema. Algunos se bajaron y el chofer cerró la puerta, pero no quería salir así porque el colectivo estaba recontra cargado", agregó.
La joven, que era amiga de Sebastián, también cayó por uno de los escalones pero fue rescatada por otro de los pasajeros: “No fue un accidente y el chofer no tiene nada que ver”, remarcó el hombre.
"Esto pasó siempre, no es de ahora, con la línea 500 fue toda la vida lo mismo. Los varelenses viajan de esta manera todos los días. Yo no digo que se cierre la empresa porque hay muchos trabajadores, pero que cambien las unidades, esas ya no pueden estar más. Si tienen VTV no se cómo la pasan con el piso roto", reclamó Cecilia en diálogo con C5N.
"Hoy no estamos pidiendo justicia por mi hijo porque ya no está, pero pedimos justicia por la gente que va a trabajar o a pasear. Queremos que el 500 cambie, ponga más colectivos nuevos o que den lugar un tiempo a otra empresa si es que no los tienen. No entendemos si no hay alguien que verifique esos colectivos que están continuamente llenos", reclamó Mieres.
El padre de Sebastián indicó además que, hasta el momento, nadie de la empresa se comunicó con ellos luego de lo sucedido.
“Le dije que tenía que ser libre porque el culpable era la empresa. Todos coincidieron en que él no quería salir de la estación, que entre los gritos e insultos él nunca escuchó que mi hijo había caído. No quiero que digan que es culpable o que la empresa o alguien le quiera echar la culpa. No fue nadie más que la empresa por no darse cuenta de que lleva vidas ahí adentro”.