"El primer comedor que abrimos fue en el estallido social del '89 y es recurrente, porque siempre volvemos al comedor", explicó Mirtha, la responsable del comedor Gabi 1° de Quilmes. El lugar sirve 190 porciones por día, pero hay ocasiones en que no les alcanza la comida.
"Lo que nos duele es que nosotros no podemos mejorar la calidad porque cada vez se suman más familias", agregó en diálogo con Justo Lamas para La Mañana por C5N. "Viene gente que no venía nunca, como jubilados y familias enteras. Es muy doloroso, porque vemos el deterioro en la salud", sostuvo.
"La gente está triste, cansada, como resignada. No me gusta ver al pueblo así. El que trabaja de albañil, plomero y arregla chapas, siempre hay trabajo, aunque sea del vecino. Pero ahora no hay. Un cartonero me decía que el cartón bajó. Todo parece que está complementado para que el pobre cada vez tenga menos", lamentó.
Mirtha explicó que este contexto incluye a las voluntarias del comedor, que cobran el programa Volver al Trabajo (ex-Potenciar Trabajo) con un monto congelado de $78.000. "Educan y cuidan a los chicos con la misma cantidad que tenían", señaló.
"Estuve angustiada porque había días que no alcanzaba la comida. Nosotros a veces le ponemos 10 o 12 kilos de arroz y no alcanzaba", contó. Antes era normal que las personas se llevaran viandas en un taper, pero ya no se llevan porciones, sino "la olla completa para toda la familia".
"Y me angustia cuando piden remedios. Hay personas que andan buscando remedios, que no pueden comprar, que ahora tampoco se van a poder jubilar", contó. "Nosotros vemos el panorama negro. Mienten que bajó la pobreza, dicen que no hay inflación. ¿Por qué no van a los mayoristas a comprar?", cuestionó al Gobierno.
"Que Milei se vaya menos a Estados Unidos y que visite los barrios periféricos. No va a pagar tanto avión para venir a los barrios y mirar cómo está la gente", concluyó.
Fuente: C5N