A nueve años del primer grito colectivo de Ni Una Menos, la provincia de Jujuy vuelve a sacudirse ante la crudeza de una realidad que no cambia. En los días del mes de mayo, tres mujeres fueron asesinadas por razones de género: Angelina González, Paola Vargas y Tamara Fierro. Con ellas, el número de femicidios registrados desde 2015 en la provincia asciende a 63.
La tragedia no detiene su curso, a pesar de la vigencia formal de la Emergencia en violencia de género, ni de las múltiples promesas institucionales. Por ello, organizaciones de mujeres, referentes sociales y ciudadanos comunes volverán a marchar este 3 de junio en distintos puntos del país y de la provincia, en el marco de una nueva jornada nacional de Ni Una Menos.
“La urgencia está a la vista”
Susana Reginfo, integrante de la agrupación Mumalá – Mujeres de la Matria Latinoamericana, fue una de las primeras en señalar la gravedad del escenario:
“En solo 21 días perdimos a tres mujeres por el solo hecho de serlo. Esto no se puede naturalizar, la urgencia del problema está a la vista”.
La dirigente convocó a sumarse masivamente a la movilización que se realizará el lunes a las 17 en Plaza Belgrano, y en diversas plazas del interior provincial. La convocatoria busca visibilizar el impacto de los femicidios, exigir justicia por las víctimas, y denunciar la falta de políticas públicas efectivas.
Un retroceso en el debate nacional
El dolor por los crímenes recientes se ve agravado por las declaraciones del ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, quien planteó su intención de eliminar la figura de femicidio del Código Penal. La propuesta fue duramente criticada por organizaciones feministas y activistas de derechos humanos.
Nora Ferreyra, de la Multisectorial de Mujeres, fue contundente al respecto:
“El ministro está muy alejado de la realidad. Las estadísticas demuestran que los femicidios no bajan, y eliminar esta figura del Código Penal sería un beneficio para muchos agresores. Se revisarían condenas y la ley siempre es más benéfica”.
Además, recordó que el propio funcionario está sospechado de encubrir el femicidio de su ex esposa, y que sus dichos generan un precedente peligroso:
“Esa figura nos costó años de lucha y no vamos a permitir que la saquen. Vamos a seguir dando batalla”, afirmó.
“Esto le puede pasar a cualquiera”
Mónica Cunchila, madre de Iara Rueda, adolescente víctima de femicidio en 2020, expresó desde su experiencia el dolor que atraviesan muchas familias:
“Esto le puede pasar a cualquiera, no tiene niveles sociales. Cuando te toca una hija, una hermana, una madre, te ponés del otro lado. Yo no sabía que en Jujuy habían matado a tantas mujeres hasta que me pasó. Conocí el nombre de tantas mamás, hijas asesinadas, y muchos casos quedaron en la impunidad. Pero seguimos adelante”.
Desde su lugar de lucha, convocó a la ciudadanía a sumarse al reclamo con empatía y compromiso:
“Hay que concientizar, hacer carne que los femicidios no se pueden naturalizar en ninguna parte”.
El problema de fondo: falta de políticas y de aplicación de leyes
Jujuy continúa siendo una de las provincias con mayor índice de femicidios por habitante, una cifra que se mantiene alta pese a las declaraciones de emergencia y los discursos públicos. Las organizaciones denuncian que la falta de presupuesto, de voluntad política y de aplicación real de leyes vigentes profundiza la crisis.
Una de esas normativas es la Ley Micaela, que obliga a capacitar en perspectiva de género a los tres poderes del Estado. Romina Canchi, activista feminista, lamentó su escasa implementación y apuntó contra recientes declaraciones del secretario de Seguridad provincial, Juan Manuel Pulleiro, quien calificó a los tres femicidios de mayo como “crímenes pasionales”.
“Decir eso es un retroceso de años. Es desconocer que los femicidios son muertes evitables. No son pasionales, son la expresión más brutal de la violencia machista”.
Canchi también enfatizó que el femicidio es solo la punta del iceberg:
“Esto empieza con una denuncia ignorada en la policía, con una diferencia salarial, con el acoso en la calle. Hay muchas razones por las que marchamos. Como sociedad, como jujeños, ya no podemos permitir esto”.