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Especiales #Terrorífico

"Los perros lloraban y ladraban a algo que no podíamos ver": escalofriante anécdota de una tucumana

"Los perros se revolcaban y lloraban, algo quería abrir la puerta. Sentimos el sonido de cadenas rozando la madera. No nos quedó otra que ponernos a rezar", relata Patricia.

Patricia, una joven oriunda de Tucumán, contó a través de un grupo de Facebook una espeluznante anécdota que le ocurrió en casa de sus tíos.

 

"Mi nombre es Patricia soy de San Miguel de Tucumán, esta historia transcurre en un paraje de la localidad de Simoca conocido como Macio. Cuando era niña me invitaron a pasar unos días en el campo en casa de mis tíos, fue en el verano, y una de esas noches de verano, nos habíamos quedado en casa con mi prima, ya que mi tío y mis otros primos se habían ido de pesca y volverían recién al amanecer", comenzó.

 

"Con mi prima nos pusimos a contar historias de espantos, hasta que nos vino el sueño, recuerdo que la habitación de mi prima estaba totalmente separada del resto de la casa, era como si fuese otra vivienda en el mismo lote. De repente escuchamos que los perros empezaban a llorar, corrí unas cortinas floreadas y mire por la ventana, le dije a mi prima que se acerque también a mirar, era como que los perros lloraban y daban vuelta alrededor de algo que nosotras no podíamos ver, hasta que uno de estos animales salió despedido por el aire como si una fuerza lo hubiese expulsado, de ahí, todos los perros se revolcaban a la orilla del camino y no dejaban de llorar, era como si alguien los estuviera pisando", continuó.

 

"Me agarro un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo y me metí en la cama, temblaba de miedo, mi prima estaba un poco mejor que yo, intentó consolarme, en ese momento sentíamos como la puerta de madera de la entrada al dormitorio la empujaban y querían abrirla, se escuchaba también arañazos, y un sonido de cadenas que también rozaba con la madera, los perros ya se habían callado. El miedo se apoderó de mi no podía ni moverme, Karina mi prima me pidió que rezaramos, no podía articular los labios del miedo, a medida que empezó con sus rezos, todo se empezó a quedar en silencio, no quisimos salir de la habitación, ni siquiera a mirar por la ventana, la noche parecía eterna, hasta que nos ganó el sueño", detalló.

 

"Ya al día siguiente, con las primeras luces del día, regresaron mi tío y mis primos, los escuche como murmuraban algo, como que si no querían que yo escuchara, hice correr la cortina de la ventana y vi como cargaban en una camioneta a todos los perros, estaban muertos y estaban como secos, algunos tenían hasta marcas de fuego como si hubiesen sido quemados", finalizó.

Paranormal
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