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Especiales #MiércolesDeMiedo

"Se escuchaban golpes, voces, y el frío invadió mi pecho": terrorífica anécdota de un policía

"Viví muchas cosas de noche, pero nada como esa noche. Saqué un crucifijo y recé un Padre Nuestro, pero seguían moviéndose cosas y habían golpes en las paredes", relata el policía.

Sergio, un policía retirado que también trabajaba como sereno en un instituto de Tucumán, relató las aterradores experiencias que vivió en ese lugar, en la oscuridad de la noche.

 

"Hola amigos, mi nombre es Sergio y soy policía retirado desde hace algunos años. Trabajé en distintos destinos en la fuerza policial y también haciendo servicios adicionales en mis días de franco. La experiencia que les voy a contar sucedió una noche en un servicio que cubría en un instituto educativo de nuestra ciudad", comienza.

 

"En realidad yo siempre preferí trabajar de noche por la tranquilidad de la misma, y porque el lugar que debía cuidar era cerrado y ordenado, solo tenía que estar unas horas. Recuerdo que esa noche llovía. Era un mes de mayo, y llegué después de que el personal se retire ya que tenían horarios de clase hasta las 22:30, sin grandes novedades", continúa.

 

"El sitio tenía dos pisos, un patio enorme, oficinas, salas de profesores, sala de estudios, una biblioteca, una cantina y los sanitarios. De noche solo quedaban prendidas algunas luces pero gran parte a oscuras. Yo disponía de un banco y una silla, la cual estaba ubicada en la puerta de entrada del instituto. La noche estaba fresca, y yo me hacía compañía con una radio que tenía para escuchar música", prosigue.

 

"Cerca de las 01:30 salía a dar una vuelta, pero nunca subía a la parte de arriba hasta esa noche, cuando sentí que dentro de un curso una silla o una mesa era arrastrada por alguien. Subí de inmediato a verificar. Al entrar por el pasillo oscuro, encendí mi linterna y a través del vidrio de las ventanas no vi nada fuera de lo común. Revisé uno a uno los cursos de ese sector, pero no encontré nada además de que las puertas estaban cerradas con llave", agrega.

 

"Cuando me estaba retirando del lugar sentí un fuerte golpe desde adentro de unos de los últimos cursos. Fue un golpe seco, como si lo hubiesen hecho a propósito. Se me puso la piel de gallina, lo reconozco, pero tuve que volver a revisar, pero nada... Bajé y me fui al baño, y estando ahí oí unos pasos como si alguien entrara apurado, pero estaba yo solo", cuenta.

 

"En la vida policial uno se acostumbra a las guardias nocturnas a ver todo tipo de situaciones en distintos escenarios, pero esa noche fue distinta. Salí del baño y me fui a la puerta del establecimiento y de nuevo los ruidos en la parte de arriba, solo que esta vez pude escuchar voces de personas balbuceando. Yo había escuchado relatos de ex compañeros sobre estas cosas, siempre creí que hay algo pero nunca me había pasado algo extraño. Lo cierto es que esos ruidos en los meses que trabaje allí nunca los había escuchado o directamente no les di importancia", narra.

 

"Decidí volver a subir a ver, solo que esta vez me saqué un crucifijo que traía colgado en el cuello y lo llevé en la mano. En el sector hacía un frío inusual que no había sentido cuando subí la primera vez. Me quedé allí unos minutos y recé un Padre Nuestro, me sentía observado pero no quería sugestionarme, después me retiré y por esa noche no pasó nada más. Las noches siguientes empecé a prestarle más atención a los mismos ruidos de sillas que se corrían, pasos, voces y hasta el sonido de una puerta que se cerraba. Los seguí escuchando, pero los ignoraba y a veces hasta los insultaba con malas palabras, así hasta que dejé de trabajar allí", detalla.

 

"Nunca vi nada pero en el silencio de la noche y estando solo en un lugar vacío, impresiona oír eso. La única respuesta que yo me doy, tratando de darme una explicación, es que en lugares donde concurren muchas personas los sonidos cotidianos parecieran que quedan grabados en los ambientes. Quizás es algo absurdo lo que digo, pero bueno quién sabe", finaliza.

Paranormal
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