En las últimas horas, el Parlamento británico vivió una situación digna de una serie. Resulta, que, en medio de una sesión, engancharon “in fraganti” a un diputado mirando pornografía en su teléfono. Renunció a su cargo 24 horas después y dio un insólito motivo para justificar su accionar.
Se trata de Neil Parish, quien representa a la circunscripción de Tiverton & Honiton (condado de Devon) desde el 2010. Miembro del Partido Conservador, fue suspendido el pasado viernes y su caso pasó a ser investigado por el Comité de Estándares de la cámara baja.
En un principio el legislador no tenía en mente una renuncia. "Tras las recientes acusaciones sobre el uso de un parlamentario de su teléfono móvil en el Parlamento, me he remitido al Comisionado Parlamentario de Normas en la Cámara de los Comunes. Cooperaré plenamente con cualquier investigación y, mientras esté en curso, seguiré desempeñando mis funciones como parlamentario de Tiverton & Honiton. No haré más comentarios en esta etapa", informó inicialmente.
Sin embargo, solo 24 horas después cambió de parecer e informó su decisión. Por supuesto que su partida tendrá como consecuencia una elección especial para elegir a su sustituto.
La insólita excusa del diputado Neil Parish
Por si la situación no era bastante inédita, el ahora ex legislador indicó que se trató de un simple “momento de locura”. A su vez, aseguró que la primera vez se trató de algo accidental, ya que estaba “buscando tractores en Internet, pero caí en otra página que tenía un nombre parecido y estuve mirando durante un momento. No debería haberlo hecho”, expresó.
Por otro lado, admitió que la segunda vez que lo vieron sí se trató de algo intencional. “Pero el error, mi gran error, fue que volví una segunda vez y fue deliberado”, aseguró.
Luego de su renuncia, el portavoz del Partido Conservador local, le agradeció a Parish por “sus servicios a nuestras comunidades” durante los últimos años y apoyó su decisión de dimitir como miembro del Parlamento.
El escándalo salió a la luz luego de informaciones anónimas de sus colegas. No es el primer escándalo del estilo que tiene el Parlamento en los últimos meses, ya que muchos diputados convervadores acusaron a Angela Rayner, número dos del Partido Laborista, de intentar “distraer” a Boris Johnson durante un discurso, al cruzar las y descruzar las piernas.
El primer ministro defendió a su adversaria política a través de su cuenta de Twitter. “Por mucho que esté en desacuerdo con Angela Rayner en casi todos los temas políticos, la respeto como parlamentaria y deploro la misoginia dirigida hoy contra ella de forma anónima”, redactó.