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Especiales #MiércolesDeMiedo

"Era como un viejo enano y raquítico, me paralizó": escalofriante encuentro con un duende

Un joven relató en las redes el estremecedor encuentro que tuvo con un presunto "enanito", en un sendero en medio de la nada. "No podía moverme, sentía como mil kilos encima y él se me reía".

Un joven oriundo de Tucumán relató a través de Facebook un aterrador encuentro que tuvo mientras practicaba senderismo en "Cielo Abierto".

 

“Esto que voy a contar me pasó en Puertas del Cielo. Para los que no conocen, Puertas del Cielo es un sendero donde se hace trekking y queda justamente detrás del Caps Horco Molle... Detrás del Caps empiezan los recorridos hacia los senderos.... Bueno, esto sucedió hace un tiempo atrás”, comienza.

 

“Un día salí a caminar por los senderos tipo 15:00 hs solo, como lo hice varias veces. El tema es que subí normal como lo hago siempre... Una vez que llegó al final del sendero, descanso unos minutos tomó agua y prendo un cigarrillo, ya que tengo la costumbre de fumar un cigarrillo una vez que llegó al final del camino y cuando bajo absolutamente todo el camino...”, continúa.

 

“El tema es que fumo tranquilo el cigarrillo y me saco una selfie (es la foto que subieron donde se ve a mano derecha un tipo duende y que varios dicen ver caras en las hojas… Esa foto la saqué yo y lo que se ve me lo remarcó un amigo después de que le pase la foto y contando lo que me pasó)”, relata.

 

“El tema es que termino de fumar y al bajar el sendero en ese mismo momento empecé a sentir miedo... ¿De qué? No sé... Primera vez que me pasó sentir eso desde el tiempo que voy y muchísimas veces fui solo y hasta hay veces que bajé solo de noche... El tema es que empecé a sentir escalofríos en la espalda que es una sensación muy fea porque, mientras bajaba, a cada rato me daba vuelta a mirar porque me daba la impresión de que tenía a alguien atrás y no había nadie, yo mismo me perseguía por algo que no había”, detalla.

 

“Más o menos cuando iba bajando un 30% del camino aproximadamente... Hay un árbol bastante grande el cual esta torcido y hay que agacharse para pasar... En ese momento cuando me agacho para pasar siento un ruido de como cuando alguien pisa hojas secas... Levantó la vista y veo más o menos a 10 metros a mi derecha... Un viejito muy pero muy chiquito aproximadamente de 1 metro... Barba blanca, la carita muy arrugada, ojos normal como de cualquier persona... Un gorro o sombrero caído de color negro que en la punta del sombrero tenía como una pelotita de metal que cuando se movía hacía como el ruido de una especie de sonajero. Tenía un especie de saquito negro largo, medias blancas y unas piernitas muy raquíticas medio deformes como chuecas y lo más llamativo unos zapatitos color creo yo por lo que me acuerdo marrones en punta..... (Me acuerdo de esto y se me enchina la piel)”, prosigue.

 

“Todo lo que acabo de describir me acuerdo tal cual porque cuando vi todo eso es como que quise gritar y no podía ya que es algo increíble... No me podía mover... Estaba totalmente paralizado del miedo y me dieron ganas de vomitar... Me ahogué con la saliva y cuando vuelvo a levantar la vista ya no estaba... En ese momento mi cuerpo estaba paralizado más o menos la sensación de que tenía 1000 kilos encima que no me podía mover. De la nada reaccioné y empecé a correr obviamente de la impresión y del miedo de ver algo así aparte recordándoles que estaba solo”, narra.

 

“Una vez que llegué abajo donde se dejan los autos en "Jesús" le cuento a uno de los guardaparque lo que me pasó. Y el chico una vez que escuchó todo lo que le conté me dijo... Hace unos días a una señora le pasó exactamente lo mismo y en el mismo lugar....  Dada la supuesta casualidad..... En el mismo lugar un día también por la tarde de día... Venía bajando con dos amigos y en el mismo lugar donde está el árbol torcido, primero paso yo agachándome y detrás pasa uno de los chicos y en broma dice mira ahí está el bastón de San Roque (había una rama grande cortada y apoyada en un tronco) y cuando termina de decir eso se siente clarito el quejido de un perrito...”, cuenta.

 

“La cosa es que yo me doy vuelta una vez que pasó el árbol torcido y le digo ¿escucharon eso? Y él me mira asombrado y me dice sí, mira atrás mío.... Había un perrito cachorrito... Un perrito común y corriente... Y salió de donde nosotros pasamos.... O sea... Es imposible no haberlo visto una vez que uno se agacha para pasar ese árbol... Siempre cuando se sube y se baja los senderos casi siempre andan perros por ahí que son de la gente que vive abajo o en los cerros... Pero lo más extraño que pasó es que dijo San Roque y parece que salió debajo de la tierra el perrito... El tema es que mi amigo lo llama al perrito pero no venía hacia nosotros porque es como que lloraba... Daba la impresión como que estaba perdido.... Cuestión que con bastante impresión decidimos seguir adelante... Habremos hecho 10 pasos y cuando nos damos vuelta ya no estaba…”, subraya.

 

Parece ser que es ese sector es donde pasan cosas... Voy a decir algo que hoy por hoy me acuerdo y es como que me parece ridículo contarlo porque yo nunca creí en estas cosas pero una vez que pasa es inexplicable... Recuerdo que cuando me apareció ese viejito llamado ya sea duende o gnomo o lo que fuese... Recuerdo perfectamente que cuando lo vi levantó su mano derecha y es era como si me saludara”, finaliza.

 

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