Todo empezó cuando el sábado a la madrugada, alrededor de las 3AM, se abrieron las puertas automáticas de ingreso al sanatorio. Un empleado de seguridad recibió un "paciente" que solicitó ir a la guardia, anotó sus datos personales y se ofreció a trasladarlo en silla de ruedas. Pero quien fue a atenderse prefirió ir caminando.
Con el correr del tiempo y al notar que el paciente no salía de la guardia, el empleado de seguridad advirtió lo sucedido a los médicos. Allí comenzó el misterio: la persona nunca había arribado a ese sector.
Ante este escenario, fueron a corroborar la cámaras de seguridad del sanatorio y se constató, luego, que el guarda actuó normalmente, como si una persona hubiera estado junto a él desde que se abrieron las puertas del centro de salud. Sin embargo, en las imágenes, nunca se ve al paciente.
Ante tal misterio, se procedió a verificar los datos de la persona que fue recepcionada y para sorpresa de todos, el nombre, apellido y DNI coincidían con los de un hombre que había fallecido el día anterior en el Hospital.