Frito, al horno, a la parrilla… de muchas formas. Y aunque parezca un alimento saludable, aún dependiendo de la elaboración, las alas de pollo pueden resultar nocivas para la salud en función de que al estar industrializada la cría de pollos, ya que las empresas inyectan hormonas a estos animales con el fin de acelerar su crecimiento y engorde, y de esta manera hacer que rindan más.
Los criadores de pollos inyectan puntualmente en las alas las hormonas de crecimiento y es por esto que precisamente en este lugar la concentración hormonal es más alta.Estas hormonas no son nada saludables y a ellas se les atribuyen los quistes en el útero y en las mamas que han desarrollado algunas mujeres. Éstas son cuestiones delicadas a las que todos debemos prestarles atención.
Como consejo, te sugerimos que disminuyas el consumo de alas de pollo y que antes de hacerlo laves bien este alimento para reducir los riesgos en tu salud.