En un acto de empatía que se volvió viral en redes sociales, Mariana compartió una experiencia que vivió en la previa de su cumpleaños y que conmueve por su profundidad: mientras organizaba la celebración en un salón que había alquilado en la ciudad Capital, no pudo ignorar la presencia de una perrita en situación de calle, rodeada por varios machos y claramente en celo. En vez de mirar hacia otro lado, tomó una decisión que, según sus palabras, “le llenó el almita”.
“Como en todos lados, hay animales en situación de calle o que tienen ‘dueños’ que no se hacen cargo”, comentó en su publicación. “En uno de ellos estaba ella, en celos y con todos los perros por detrás. No podía quedarme con eso, sabiendo que iba a ser una más del montón con sus crías en la calle”.
Frente a esa escena, Mariana optó por suspender por unos momentos los preparativos de su cumpleaños y trasladar a la perrita a una veterinaria para realizarle una castración. El gesto no solo evitó una nueva camada de cachorros destinados a nacer en la calle, sino que también representa un ejemplo concreto de cómo se puede actuar con responsabilidad y conciencia frente a la sobrepoblación animal.
La publicación, acompañada por fotos de la perrita ya a resguardo, recibió numerosos mensajes de apoyo y admiración por parte de usuarios que destacaron la importancia de actuar en lugar de simplemente lamentarse.
“Los animales no tienen comparación con el ser humano y su fidelidad no tiene precio”, reflexionó Mariana. Su gesto —aparentemente pequeño, pero de gran impacto— vuelve a poner sobre la mesa una problemática extendida: la falta de políticas de castración masiva, la negligencia de muchos propietarios y el rol fundamental que cumple cada ciudadano cuando decide involucrarse.