Cuando bajan las temperaturas, el cuerpo pide platos calientes, abundantes y reconfortantes. Las comidas de invierno no solo abrigan desde adentro, sino que también invitan a reunirse alrededor de la mesa, compartir en familia y disfrutar de preparaciones caseras que rinden y alimentan bien.
Entre los clásicos de esta temporada, la polenta ocupa un lugar especial. Económica, versátil y fácil de preparar, este ingrediente se convirtió en un infaltable del recetario criollo cuando el frío aprieta. Ya sea como base de un plato principal o como acompañamiento, su textura y sabor reconfortan al primer bocado.
De hecho, aunque suele asociarse como “pasta” con salsa y queso, la polenta ofrece muchas más posibilidades. Una de las más sabrosas y rendidoras es el pastel: una receta que permite combinar ingredientes que ya tenés en casa y transformar un básico en una comida completa, deliciosa y muy económica.
Ingredientes para el pastel de polenta
Para la base:
- 1 taza de polenta instantánea (aproximadamente 200 gramos)
- 4 tazas de agua o caldo
- 1 cucharada de manteca o margarina
- 3 cucharadas de queso rallado (opcional)
- Sal y pimienta a gusto
- Para el relleno clásico (tipo pastel de papa):
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- ½ morrón (rojo o verde)
- 300 gramos de carne picada (puede ser de vaca, pollo o incluso soja texturizada)
- 2 tomates perita o ½ taza de puré de tomate
- Aceite para saltear
- Sal
- Pimienta, pimentón y orégano a gusto
- 100 gramos de queso cremoso o en hebras (para gratinar)
- Aceitunas, huevo duro o pasas de uvas (opcional en caso de querer incorporar una textura con sabor extra)
1- Prepará la polenta: en una olla, llevá el agua o caldo a hervor. Bajá el fuego y agregá en forma de lluvia la polenta, revolviendo constantemente para evitar grumos. Cociná unos minutos hasta que espese (según las indicaciones del paquete). Agregá la manteca, salpimentá y, si querés, sumá queso rallado. Reservá.
2- Hacé el relleno: en una sartén, salteá con un poco de aceite la cebolla picada, el ajo y el morrón hasta que estén tiernos. Agregá la carne picada y cociná hasta que se dore. Sumá los tomates picados o puré, condimentá y dejá reducir unos minutos hasta que quede espeso. Probá y ajustá sabor.
3- Armado del pastel: en una fuente para horno (aceitada o con papel manteca), colocá una capa de polenta como base. Encima, distribuí el relleno de carne. Cubrí con el resto de la polenta y, por encima, agregá queso cremoso o en hebras.
4- Gratiná: Llevá al horno precalentado a 200 °C durante 15-20 minutos, hasta que el queso se derrita y se dore la superficie. Serví caliente.
Opcionales y variantes para el pastel de polenta:
Podés reemplazar la carne por salteado de verduras, espinaca con ricota o lentejas.
Queda delicioso con huevo duro picado o aceitunas dentro del relleno, pero es completamente opcional y depende del presupuesto con el que se cuente.
Cambia por pollo desmenuzado con verduras: usá pechuga hervida o restos de pollo asado, saltealos con cebolla, morrón, arvejas y un toque de mostaza o crema.
Incorpora chorizo o salchicha parrillera: ideal para darle más sabor. Cortado en rodajas finas, salteado con cebolla y mezclado con un poco de queso.
Fiambres salteados para un toque crujiente: jamón, panceta o salame picado con cebolla y un huevo batido. Rinde y aprovecha sobras.
Tips extras para que el pastel de polenta quede deliciosos
Si querés una versión más firme, usá menos líquido al hacer la polenta o agregá un huevo batido.
Para una versión vegana, usá leche vegetal o agua en la polenta, y rellenos de vegetales o legumbres. Podés gratinar con queso vegano o levadura nutricional.
Podés preparar mini pasteles individuales en moldes de muffins, alternativa ideal para llevar en la vianda del mediodía.