Cada 8 de abril se celebra el Día Mundial de la Empanada, una fecha ideal para rendir homenaje a uno de los platos más tradicionales y versátiles de la gastronomía latinoamericana. En Argentina, donde la empanada ocupa un lugar privilegiado en la mesa familiar, la jornada invita a redescubrir sus sabores característicos y a animarse a preparar versiones caseras con recetas infalibles.
Desde las clásicas empanadas de carne cortada a cuchillo, típicas del noroeste argentino, hasta las jugosas empanadas de pollo, jamón y queso, o humita, el abanico de opciones es tan amplio como el gusto de los comensales. Lo cierto es que en cada provincia existe una versión propia que combina ingredientes locales con técnicas que se transmiten de generación en generación.
Clásica de carne, un emblema nacional
La receta tradicional incluye carne vacuna, cebolla, huevo duro, comino, pimentón y aceitunas, todo envuelto en una masa casera o comprada, que puede cocinarse al horno o frita. El secreto de una buena empanada está en el relleno jugoso y en el repulgue bien sellado, que evita que se escape el contenido durante la cocción.
Variantes para todos los gustos
Además de la de carne, hay otras recetas que se destacan por su sabor y simplicidad. Entre las más elegidas figuran:
Empanadas de jamón y queso: ideales para los más chicos y los amantes de los sabores suaves.
Empanadas de pollo: con cebolla, morrón y condimentos que realzan su sabor.
Empanadas árabes o “fatay”: en forma triangular, rellenas con carne, tomate, cebolla y jugo de limón, con un toque de comino.
Una tradición que cruza fronteras
Si bien la empanada es protagonista en la cocina argentina, también tiene fuerte presencia en otros países como Chile, Bolivia, Colombia, Venezuela y España, cada uno con sus propias versiones y rellenos. Esta diversidad convierte a la empanada en un verdadero símbolo de la cultura gastronómica latinoamericana.