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Qué diferencias hay entre salamín y longaniza: guía para armar una picada

Son dos embutidos muy parecidos pero la longaniza tiene más personalidad en su gusto.

A la hora de comprar todo para la hora de la picada surgen muchas dudas sobre que tipo de embutidos hay que comprar: chorizo, salamín, salame, picado grueso, picado fino, longaniza, sopresatta, etc. Hay tantos parecidos que al consumidor inexperto no sabe cuál elegir, tanto el salamín como la longaniza son deliciosos que aportan un sabor único a la experiencia. Sin embargo, hay algunas diferencias clave que los distinguen y que te pueden ayudar a elegir.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la receta es ligeramente diferente. El salamín se elabora con carne de cerdo de primera selección, picada gruesa, especiada y embutida en tripa natural. Suele tener un calibre más grueso. En cambio, la longaniza: Se prepara con carne de cerdo de segunda selección, picada fina, condimentada y embutida en tripa natural o artificial. Generalmente, es más delgada que el salamín.

Hay dos tipos de amantes de la picada, los que comen cualquier cosa sin preguntar y los que quieren maridar bien los sabores y elegir las piezas adecuadas para tener una picada con equilibrio. En el caso de las texturas, el salamín, Al tener una molienda gruesa, presenta una textura más granulosa y firme al corte. En cambio, la longaniza viene de una molienda fina que le da una textura más fina y suave al paladar.

Lo más importante es entender la diferencia en el sabor. En el caso del salamín, se siente el tono más intenso y especiado debido a la mayor cantidad de especias y al tipo de carne utilizada. Sin embargo, la longaniza tiene más personalidad, su sabor es más característico entre suave y delicado, pero con un dejo de picor y un toque anisado. Muchas veces es conocida como “Longaniza Calabresa” la que tiene un gustito a anís. Es más colorada porque lleva pimentón.

Según cuentan los expertos en su elaboración, el salamín tiene un proceso de curación más prolongado, que puede durar hasta 6 meses o más. Esto le otorga un sabor más profundo y una textura más firme. En cambio, la longaniza lleva una curación más corta, generalmente de 2 a 4 semanas. Esto la hace más jugosa y tierna.

 

El truco para pelear fácilmente el salamín.

A la hora de la picada, tener bien pelados los embutidos es clave para no llevarse chascos. Un truco sencillo y práctico, que sirve tanto para salamín como para longaniza, es el de mojar bien la piel. luego un corte longitudinal a la pieza y ahí sí, sale perfecto toda la piel. Luego, es recomendable cortarlos en lonjas alargadas, con el cuchillo en diagonal.

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