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Una argentina más: esta es la historia de "Flor", la carpincho que toma mate y come galletitas con su dueña

La protagonista de esta historia se llama “Flor” y es un carpincho hembra que vive con una familia en el interior bonaerense. Además de adoptarla, también le enseño ciertas costumbres de nuestro país.

Es sabido el cariño que puede tomar una persona por cualquier animal, sin importar cuál fuera: el vínculo puede terminar en una buena comunión entre ambos. Y en esta ocasión, la protagonista de esta historia es un carpincho, que parece haber adquirido algunas costumbres “argentinas”.

Este roedor se llama “Flor” y no se trata de uno de los famosos casos que se registraron en la zona de Nordelta, sino que tiene que ver con una familia que la “adoptó”, y recibe muestras de cariño de forma cotidiana.

Historia del carpincho “Flor”

En este caso, una mujer que habita en una localidad rural bonaerense le convida mate y galletitas al popular animal, y lo más sorprendente es que el gesto del roedor no tardó en encender los comentarios en las redes sociales, donde los usuarios destacaron con humor su “argentinidad”.

Por otra parte, el carpincho es una especie de roedor de la familia de los cávidos, nativa de Sudamérica, y se trata del roedor viviente de mayores tamaño y peso del mundo. Tiene un cuerpo pesado en forma de barril y una cabeza pequeña, con un pelaje pardo rojizo en la parte superior del cuerpo que se vuelve pardo amarillo. Puede crecer hasta 1,30 m de largo y llegar a pesar 65 kg.

Presenta pies ligeramente palmeados, y de manera similar a otros cávidos, carece de cola y cuenta con veinte dientes. Sus patas posteriores son algo más largas que las anteriores, y los hocicos son romos, con ojos, narinas y orejas en la parte superior de la cabeza, en tanto, las hembras son ligeramente más pesadas que los machos.

Pueden vivir en diferentes tipos de hábitat, pero muestran preferencia por lagos, ríos, marismas o manglares, aunque también necesitan un suelo firme para dormir, idealmente con una vegetación espesa que les sirve de protección. Para alimentarse no tienen problema en adentrarse por la sabana y herbazales.

En comparación con otras especies animales de Sudamérica, las capibaras (otro de sus nombres) toleran bastante bien los cambios de hábitat provocados por la actividad humana, y también pueden sobrevivir en zonas transformadas en plantaciones y pastos.

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