Limpiar los muebles puede ser una tarea eterna si al día siguiente ya están cubiertos de polvo otra vez. Pero hay un truco casero que además de dejarlos limpios, retrasa la acumulación de polvo: una mezcla de vinagre blanco y agua aplicada con un paño de microfibra. Fácil, rápido y con ingredientes que seguro tenés en casa.
Este método no solo limpia bien las superficies, sino que también actúa como una barrera antiestática natural, evitando que las partículas de polvo se vuelvan a pegar tan rápido como con otros limpiadores. Ideal para muebles de madera, melamina o vidrio.
1. Prepara la mezcla en un rociador: mezcla partes iguales de vinagre blanco y agua en un pulverizador. Si querés suavizar el aroma, podés agregar unas gotitas de aceite esencial (limón o lavanda van muy bien).
2. Aplica directamente sobre el paño, no sobre el mueble: rocía la mezcla sobre un paño de microfibra seco. No conviene mojar directamente los muebles para evitar manchas o exceso de humedad, sobre todo si son de madera.
3. Pasá el paño siguiendo la veta del mueble: limpiá con movimientos suaves y en una sola dirección. La microfibra atrapa el polvo y el vinagre ayuda a disolver la suciedad adherida.
4. Dejá secar al aire y repetí cada una o dos semanas: una vez limpio, dejá que el mueble se seque solo. Vas a notar que se mantiene libre de polvo por más tiempo que con otros productos.
Una forma simple y ecológica de mantener los muebles más limpios por más tiempo: este tip es ideal para quienes buscan una limpieza más duradera, sin gastar de más y evitando químicos fuertes. Con vinagre y un buen trapo podés decirle chau al polvo acumulado día tras día.
