Este viernes 30 de mayo se cumplen seis años del fallecimiento de Elpidio Herrera, una de las figuras más representativas del folclore santiagueño y nacional. Músico, compositor, luthier y cultor incansable de las raíces populares, Elpidio dejó un legado artístico que sigue resonando en los festivales, en los escenarios, y en el corazón del pueblo.
Originario de Villa Atamisqui, lugar que convirtió en un gentilicio musical e identitario, Herrera supo llevar la esencia del interior profundo a todos los rincones del país y del mundo. Con su carisma, su talento y su profundo respeto por la tradición, hizo de la Sachaguitarra (instrumento que construía y tocaba con maestría) un emblema sonoro que trascendió generaciones.
Embajador cultural de un pueblo cantor
A lo largo de su carrera, Elpidio Herrera no solo fue reconocido por su virtuosismo musical, sino también por su incansable labor como difusor del folclore auténtico. Fundador del grupo Los Sachaguitarras, trabajó activamente para transmitir a los más jóvenes el valor de la música de raíz, el conocimiento de los instrumentos autóctonos y el respeto por la tierra que los vio nacer.
Su compromiso con la cultura lo llevó a ser referente y maestro, y a recibir múltiples distinciones por su aporte a la música popular. Pero más allá de los premios, su verdadero reconocimiento sigue vivo en la memoria colectiva, en la emoción de cada zamba, chacarera o vidala que remite a su voz, su violín y su pueblo.
Villa Atamisqui: cuna y bandera
Para Elpidio, Atamisqui no fue solo un lugar en el mapa, sino una forma de vivir y cantar. Orgulloso de sus raíces, llevó siempre el nombre de su tierra natal como bandera, y logró que “atamisqueño” no solo describa a quien nace allí, sino también a quien abraza con el alma la identidad del monte, la copla y la tradición.
Su trabajo como luthier fue también una forma de preservar y recrear la historia sonora de su gente. Los instrumentos que construía —en especial la sacha— eran piezas únicas que condensaban saberes ancestrales y sensibilidad artística.
Una huella que no se borra
Hoy, a seis años de su fallecimiento, Elpidio Herrera sigue siendo fuente de inspiración para nuevas generaciones de músicos y artistas. En escuelas, peñas, talleres culturales y encuentros populares, su figura aparece como un símbolo de resistencia cultural, de amor por lo propio, de humildad y grandeza.