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Espectáculo Ícono del folclore argentino

Juan Saavedra: “Los movimientos son la expresión de la naturaleza llevado al arte”

“Vengo de una familia de bailarines, músicos y artistas, pero profesionalmente quien lo logra primero por iniciativa, por talento es Carlos, mi hermano", comentó el reconocido bailarín.

Llegar a la casa de este gran artista único e inigualable, maestro y señor de la danza es un vuelo, un recorrido mágico por los rincones de sabiduría ancestral. Apenas cruzas la puerta de su cálida morada, un manto inefable de sensaciones te abraza, te cobija mientras una sutil melodía suena de fondo como prólogo de una jornada memorable.

Es él quien viene al encuentro para darte un abrazo y brindarte su corazón junto a Sandra, su esposa y compañera de aventuras que sigue el diario devenir de sus sueños. Colores, aromas voces, todo es armonía. Él es Juan, ese gran talento que supo trazar el camino y ser la inspiración de cientos de seres que buscan la perfección y el goce en un remanso de emociones que es el mundo de la danza.

-ND: ¿Qué es la danza para Juan Saavedra?

-Es el gesto primitivo que tiene el ser humano, tanto hombres como mujeres. Es el grito, el gesto, lo que hoy en día sería teatro, expresión corporal son las actitudes primarias del hombre. Desde que descubre el fuego, nace el ritual, nace la celebración; porque el ser se mimetizaba con el animal que iba a cazar. Entonces se vestía como el animal, imitaba sus movimientos, el buen cazador y cazaba lo justo porque para el hombre, el animal era sagrado.

-ND: A lo largo de los años has sido cuestionado por la forma de interpretar la danza, con el tiempo eso ha cambiado y hoy se habla hasta de un antes y un después de Juan Saavedra, ¿cómo lo vives a esto?

-Vengo de una familia de bailarines, músicos y artistas, pero profesionalmente quien lo logra primero por iniciativa, talento es Carlos, mi hermano. A él le debemos un agradecimiento muy fuerte, porque a los veinte años yo comienzo con él no solamente en la danza, sino también a incluirme en el arte de la danza. Aquí hay dos cosas: por un lado, está la danza natural, la nativa y por el otro lado está el arte en la danza, la que requiere de otra mirada, otra técnica, conocimiento y oportunidades de bailar con coreógrafos que te vayan abriendo el camino y vayas haciendo una carrera de interpretación. Todo eso lo he hecho, trabajando en compañías desde las más humildes hasta el más consagrado que ha sido la de don Santiago Ayala “el Chúcaro”. Después yo inicio un camino de estudio, de danza moderna, expresión corporal, ligada al teatro, en Europa he trabajado danza, jazz y también pasos de distintas tribus y etnias que me han sido muy útiles a lo largo de mi carrera fusión que estreno al volver con Jacinto y Peteco.

-ND: Lejos de ese cuestionamiento inicial quizás, de eso llamativo en la forma de danzar, has sido y lo sigues siendo aún una inspiración para muchos bailarines.

-La música, la poesía, la cultura, la artesanía todo está ligado, pero hablando desde la danza, los movimientos son la expresión de la naturaleza llevada al arte, al arte escénico en cualquier contexto que sea favorable para todos, porque cuenta mucho la pasión del espectador, la imaginación a la cual la vas llevando como un transmisor de sensaciones, de emociones y para mí eso es lo fundamental. Y en cuanto a la evolución, uno cuando se queda en el tradicionalismo, cumple una función, una memoria, conserva una tradición, pero no avanza. Lo que hace avanzar son las vanguardias, como dijo el chango Farías Gómez “pocas veces son reconocidas”, lo son mucho después a posterior. En mi caso, he tenido la suerte que el público santiagueño haya reconocido de entrada.

-ND: ¿Qué debe tener un bailarín para llegar al corazón de la gente?

Tiene que ser verdadero. Tiene que sentir, ser un apasionado, se la tiene que jugar. Tiene que tener inteligencia para poder medir y controlar sus emociones, pero sin reprimirse. Al mismo tiempo, indagar, explorar. No importa si te equivocas en la búsqueda porque eso que te está marcando es lo que te está faltando. Al error lo tomamos como un aliado sabiéndolo leer, paz en uno, no violencia, actitud creativa y luego información. También es ver diferentes formas de danzas, diferentes bailarines que realmente te van a impregnar de algo único que luego lo vas a vivir a tu manera.

El libro

“Escritos para que no se pierdan”, lleva como título esta obra que pronto saldrá a la luz, donde puede verse la pasión, el arte, los sueños. Deseoso de compartir estos recorridos de enseñanzas y aprendizajes a lo largo de su carrera. “Es un conjunto de escritos sueltos, pero he notado que en todos ellos se manifestaba un propósito. A eso lo he ido ordenando desde mi reflexión mística, religiosa, filosófica casi poética, que va desde lo elemental; como el origen, la amistad, la nada. También recomendaciones para el diario vivir, otros escritos que se tratan de cuando he sido interconectado con gente que estuvo conectada con chamanes y extraterrestres”, nos cuenta Juan a modo de adelanto.

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