La partida de Leo Dan, uno de los más grandes exponentes de la música latinoamericana, dejó un vacío irreparable en el corazón de su familia, amigos y seguidores. Su hija, Paula Tévez, habló con Nuevo Diario desde Miami para expresar el dolor que embarga a su familia ante la partida del querido artista santiagueño, quien falleció a los 82 años.
Un legado imborrable
Paula, conmovida, destacó las cualidades humanas de su padre, además de su vasta carrera musical. “Solo puedo decirles que en este momento sentimos un gran dolor como familia, se fue una persona increíble, humilde, alegre y que siempre pensaba en el prójimo", expresó. Su testimonio resalta no solo el impacto de Leo Dan en la música, sino también en el seno de su familia, donde siempre destacó por su generosidad y su amor por los demás.
La música como legado eterno
Aunque el dolor por la partida es inmenso, Paula también enfatizó que la música de su padre será el legado que perdurará por generaciones. “Nos queda su música”, indicó con profunda emoción. Las canciones de Leo Dan, tales como "Celia", "Santiago querido" y "Cómo te extraño, mi amor", han marcado un hito en la música de América Latina, y continúan siendo himnos que resuenan en las generaciones actuales y pasadas.
A lo largo de su carrera, Leo Dan se convirtió en un referente de la música popular, no solo en Argentina, sino también en otros países de habla hispana, especialmente en México, donde su influencia también fue significativa. La huella dejada por su voz, sus letras y su personalidad perdurará a través de su música, que seguirá siendo un consuelo y una fuente de inspiración para todos los que lo admiraron.
La noticia de su fallecimiento ha conmocionado a toda la región, y su partida representa no solo la pérdida de un ícono musical, sino de un ser humano ejemplar, como lo destacó su hija. Con su partida, la familia de Leo Dan, como tantas otras, enfrenta el desafío de lidiar con la ausencia, pero el consuelo de saber que su legado musical continuará vivo en cada nota, en cada letra y en el corazón de quienes lo llevaron consigo.