El músico británico Liam Payne había consumido alcohol, cocaína y un antidepresivo antes de morir tras caer del balcón de su hotel en Buenos Aires, informó este jueves en un comunicado la Justicia argentina, que por los hechos imputó a tres personas.
"Los resultados de los estudios toxicológicos -ya comunicados a su familia- revelaron que, en los momentos previos a su muerte y en el lapso de al menos sus últimas 72 horas, Payne solo presentaba en su cuerpo rastros de un policonsumo de alcohol, cocaína y un antidepresivo recetado", dice el comunicado publicado por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°14.
El exintegrante de la banda One Direction falleció el 16 de octubre a los 31 años por "múltiples traumas" y "hemorragia interna y externa", tras caer del balcón de su habitación del tercer piso del hotel Casa Sur, en el barrio de Palermo.
Los resultados de los estudios toxicológicos -ya comunicados a su familia- revelaron que, en los momentos previos a su muerte y en el lapso de al menos sus últimas 72 horas, Payne solo presentaba en su cuerpo rastros de un policonsumo de alcohol, cocaína y un antidepresivo recetado. A esa conclusión se llegó tras los análisis toxicológicos completos sobre orina, sangre y humor vítreo, realizados en muy corto tiempo.
Los tanatólogos del Cuerpo Médico Forense (CMF) que realizaron la autopsia fueron el director de la Morgue Judicial, Santiago Maffia Bizzozero, y el médico forense Roberto Víctor Cohen, quienes concluyeron que la muerte de Payne se produjo por “politraumatismos” y “una hemorragia interna y externa”, producto de la caída que el músico sufrió desde el balcón de la habitación del tercer piso del hotel del barrio de Palermo donde se alojaba.
En tres informes ampliatorios de consideraciones médico-legales, pedidos por el fiscal Madrea, Maffia Bizzozero y Cohen ratificaron, entre otros puntos, que todas las lesiones que presentaba Payne eran compatibles con las producidas por caída en altura y que se descartaban las autolesivas de cualquier tipo y/o también la intervención física de terceras personas. También destacaron que la víctima no llegó a adoptar una postura refleja para protegerse en la caída, por lo que, de momento, se puede inferir que pudo haberse precipitado en un estado de semi o total inconsciencia.
Sobre este punto, el fiscal Madrea solicitó un informe de psiquiatría forense adicional y le tomó testimonial a la experta que lo elaboró. Si bien aún deben analizarse otros antecedentes médicos de la historia clínica de la víctima, el fenómeno de la falta de defensa o reflejo de conservación en la caída, junto a otros datos relevantes por su consumo, permiten concluir que Liam Payne no estaba plenamente consciente o atravesaba un estado de disminución notoria o abolición de la consciencia al momento de la caída.
Para la fiscalía, esa situación también descartaría la posibilidad de un acto consciente o voluntario por parte de la víctima, ya que, en el estado en el que atravesaba, no sabía lo que hacía ni podía entenderlo.