En la última gala de Gran Hermano (Telefe), el participante Lorenzo de Zuani obtuvo un beneficio especial: una cena romántica con uno de sus compañeros. Sin dudarlo, el joven salteño eligió a Martina Pereyra, pero la velada no resultó como esperaba.
Tras la cena, Lorenzo decidió acudir a la cabina de streaming y compartir con el público su sensación sobre el encuentro. "Obviamente que ustedes saben que yo tenía otra expectativa. Me la quería chapar a Martu porque me parece muy linda y me gusta", confesó con total sinceridad.
Sin embargo, el participante aclaró que entendía la postura de su compañera. "Es totalmente entendible lo que me dijo y me dejó tranquilo. Les juro que un poco no la entendí, en un principio. Fue raro. Yo un poco me olvido que es un juego y ella piensa cómo puede quedar expuesta. Creo que yo en su situación lo pensaría, o no. Pero que la entiendo, sí, la entiendo", reflexionó.
Uno de los momentos más incómodos de la cita, según el propio Lorenzo, ocurrió cuando hizo un comentario sobre las batas dispuestas en el lugar. "Metí la pata cuando dije lo de las batas. Me había causado gracia de que hubiera dos batas y dos toallas, pero la risa de Martu fue de incomodidad", recordó.
A partir de ese instante, la situación cambió drásticamente y Lorenzo se sintió descolocado. "En ese instante me di cuenta de que ella habría pensado que tuve la intención de que nos bañáramos juntos, y me sentí muy incómodo durante el resto de la cena", confesó.
El episodio dejó en claro que la dinámica de las relaciones dentro de la casa sigue siendo impredecible y que cada gesto o comentario puede generar efectos inesperados. Mientras tanto, la audiencia de Gran Hermano sigue atenta a la evolución de esta relación y a los giros que puedan surgir en el reality más visto del país.
