La ayuda al peregrino de a pie es un servicio fraterno al hermano que llega hasta el santuario de la Inmaculada Concepción de María cada diciembre en la provincia de Catamarca.
Los responsables de este servicio son los voluntarios de Hombre Nuevo Catamarca, quienes desde hace cinco años ofrecen su tiempo, sus conocimientos y una gran caridad, para sanar los pies lastimados de quienes llegan a Catamarca, luego de transitar durante varios días cientos de kilómetros bajo condiciones, que a veces no son favorables.
En el espíritu de los hombres y mujeres que conforman este grupo está la necesidad de aliviar el sufrimiento que físicamente traen los caminantes.
Graciela Peralta, una de las responsables de este voluntariado, comentó que todos los peregrinos que llegan de otras provincias como del interior de Catamarca tienen en común el agradecimiento de una gracia recibida o el pedido por una necesidad que muchas veces prefieren guardar en su corazón.
“Han peregrinado y sus pies heridos y cansados necesitan ser lavados, curados, desinfectados y vendados”, dijo, al tiempo que describió con detalle la labor que realizan. Esta tarea, mayormente, es itinerante durante las fiestas marianas, ya que salen al encuentro del que está cansado y espera ser curado.
Pero curar no es todo lo que hacen, ya que “mientras los atendemos compartimos su experiencia en el camino, las razones de su peregrinar y las gracias que Dios les ha concedido por intercesión de la Virgen”, dieron a conocer desde la iglesia de la vecina provincia.
