Javier Milei, acompañado por su hermana Karina, llegó a las 11.49 al Congreso de la Nación.
El presidente electo fue recibido por el Regimiento de Granaderos a Caballo General José de San Martín y por Nelson Periotti, director general de Ceremonial, Protocolo y Audiencia del Honorable Senado de la Nación, y Aníbal González, director de Relaciones Instituciones, Ceremonial y Protocolo de la Honorable Cámara de Diputados.
Milei, luego de golpearse el pecho y sostener su puño en alto de cara al público, cruzó las escalinatas a través del cordón de honor de los cadetes de la Policía Federal Argentina comisario general Ángel Pirker.
En el atrio del Congreso se encontró con Victoria Villarruel, vicepresidenta electa, y Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta saliente. Allí estrechó la mano de senadores y diputados, mientras que en el Salón de las Provincias hizo lo propio con la Comisión del Interior.
Con Fernández de Kirchner como guía, Milei y Villarruel firmaron los libros de honor de ambas cámaras. “Viva la libertad, carajo”, el mensaje que acompañó la rúbrica del presidenta electo, y “¡Todo por Argentina!”, la leyenda de la vicepresidenta electa.
Una vez finalizado el cuarto intermedio, Fernández de Kirchner invitó al presidente electo a prestar el juramento que marca Constitución. “Yo, Javier Gerardo Milei, juro por Dios y por la Patria, sobre estos Santos Evangelios, desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente de la Nación argentina y observar y hacer observar fielmente en lo que de mí depende la Constitución de la Nación argentina. Sí, juro”.
Alberto Fernández hizo su aparición en el recinto de la Cámara de Diputados una vez concluida la jura de Milei para dejar constancia el traspaso del mandato presidencial y de los atributos (la banda y el bastón presidencial).
Villarruel, acto seguido, juró como nueva vicepresidenta de la Nación.
“En nombre de Javier Milei, presidente de la Nación, y mío, quiero agradecerle a cada uno de ustedes su presencia, que nos acompañan en este día histórico”, retribuyó Villarruel, ya a cargo de la presidencia de la Asamblea Legislativa.
Ante la mirada de autoridades provinciales, nacionales e internacionales, el presidente procedió a retirarse del recinto y encarar hacia la explanada para dar su discurso.
