Son muchas las adaptaciones que se realizan en el cine o, en este caso, para las plataformas streaming sobre obras literarias. En esta ocasión, una de las novelas de la escritora Claudia Piñeiro “Elena Sabe”, se estrenó el pasado 24 de noviembre por Netflix y escritores locales reinterpretan a través de una puesta audiovisual una nueva manera de contar la misma historia. Es por ello que dio lugar a Mónica M. Kofler Escañuela, diplomada en Teoría y Producción Literaria (SADE y Universidad de Villa María), diplomada en Escritura Creativa (Untref) y actualmente se encuentra cursando el segundo año de la Tecnicatura en Corrección de Textos, a mirar desde su perspectiva esta adaptación desde la literatura al cine y dijo: “‘Elena sabe’ es una novela de Claudia Piñeiro, recientemente adaptada a la película homónima de Netflix. Se trata de una mujer diagnosticada con Parkinson, cuya hija es encontrada muerta en el campanario de la iglesia. La causa se cierra luego de ser caratulada como suicidio, pero Elena decide iniciar su propia investigación, con todas las dificultades que su enfermedad le provoca.
Así resumida, podría parecer una historia policial o de suspenso. Sin embargo, lo que prima en esta novela es el drama, el dolor y la angustia, todo presentado en una narración exquisita que nos lleva a acompañar a Elena durante el transcurso de un día, en el que decide buscar a una determinada persona para pedir su ayuda. Durante ese período podemos ser testigos de todo lo que acontece tanto en su cuerpo como en su mente. Este relato en tiempo presente se ve intercalado con flashbacks que nos regalan momentos esenciales de la relación madre-hija”, remarcó Kofler.
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Dos mundos
En tanto, Mónica comentó sobre este paralelismo que hay entre el cine o la pantalla y el libro: “Tuve la posibilidad de disfrutar ambas propuestas: el libro y la película. Y debo decir que encontré algunas diferencias entre una y otra, que iban más allá de simples detalles. Es que el libro tiene una particularidad que no pudo ser llevada a la pantalla, y es el privilegio que le da al lector de entrar en la mente de Elena y conocerla en profundidad”, dijo y remarcó: “Siguiendo con el paralelismo, desde mi punto de vista hay dos diálogos puntuales que tienen un impacto profundo en la historia como un todo: uno es el que mantiene Elena con el sacerdote, en el que la acusa de soberbia, diálogo que provoca un antes y un después en la interpretación que podemos darle al título; y otro es el que se plantea entre Elena e Isabel, un encuentro esperado a lo largo de todas las páginas del libro y que finalmente termina siendo profundamente revelador. Estos dos momentos son cruciales en la comprensión cabal de la novela, y en mi caso particular, resultaron mucho más contundentes en la lectura, que en la pantalla. ‘Elena sabe’, con una narración cautivante y en apenas 171 páginas, va destejiendo la historia de la muerte de Rita, mientras pone sobre la mesa y profundiza temas como la complejidad de las relaciones entre madres e hijas, los mandatos familiares y sociales, el aborto, la enfermedad y la muerte”, comentó sobre la manera de ver dos obras con una misma esencia y ser diferentes a la vez.