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notas #AnálisisDeLaTemporada

El básquetbol argentino tuvo un año para “no” olvidar más

La selección nacional de básquet la pasó mal este 2023, quedando afuera del Mundial y también de los Juegos Olímpicos 2024.

El básquetbol argentino vivió un 2023 que será necesario no olvidar, pero en este caso no por hechos positivos sino por todo lo contrario, ya que los hitos negativos se sucedieron y por lo tanto se vuelve indispensable hurgar en lo sucedido para no repetir errores y volver al camino de los no tan lejanos buenos tiempos.

 

La decadencia del básquetbol nacional estuvo enmarcada en tres hechos salientes: Argentina no se clasificó, quedando eliminada como local, para los Juegos Olímpicos de París 2024 ni para el campeonato mundial de Japón-Indonesia-Filipinas de este año, y después de 23 años no tiene ningún representante jugando en la NBA.

 

Argentina no faltaba a un campeonato mundial desde hace 40 años (el de Colombia 1982) y no asistía a un Juego Olímpico desde hace 20 (Sydney 2000).

 

Sin jugadores NBA

 

Y en cuanto a esos 23 años contando con jugadores argentinos en la NBA, data del 31 de octubre de 2000, cuando el base bahiense Juan Ignacio “Pepe” Sánchez y el pivote chaqueño Rubén Oscar “Colorado” Wolkowyski debutaron en la magna competencia estadounidense iniciando un derrotero de compatriotas que se cerró en febrero de este año (hubo un breve interregno en 2020) con la baja del cordobés Leandro Bolmaro.

 

En cambio es mucho más abrupto lo sucedido en Copas del Mundo, ya que Argentina fue “ayer nomás”, en el Mundial de China 2019, el subcampeón de España, y ahora, cuatro años después, ni siquiera logró clasificarse para otro en Oriente que se adjudicó Alemania.

 

El “Che” fue el verdugo

 

Lo que aconteció para que la bandera “albiceleste” no pudiera izarse en el Mundial desarrollado en septiembre pasado se dio en circunstancias deportivamente muy contradictorias, ya que por ocho fechas de la fase eliminatoria la selección fue dirigida por el experimentado Néstor “Che” García, luego despedido por circunstancias ajenas a su función, pero inmediatamente el bahiense fue contratado por República Dominicana.

 

Y justamente en una calurosa noche de febrero de este 2023 en Mar del Plata, se dio lo que muchos temían pero nadie imaginaba: que República Dominicana, de la mano del “Che” García, “local” allí por su gran historia con Peñarol, se clasificó dejando afuera en un mano a mano decisivo a la Argentina del más inexperto Pablo Prigioni.

 

Pero para el seleccionado argentino, campeón de América en 2022 en Brasil, al vencer por dos puntos en la final al local Brasil (75-73 en Recife), faltaba otro trago amargo de similar envergadura y prácticamente en las mismas circunstancias, que iba a llegar en agosto jugado justamente en Santiago del Estero, cancha de Quimsa y Olímpico. Es que allí el verdugo de los argentinos “de Prigioni” volvió a ser otro seleccionado caribeño, en este caso el de Bahamas, que en el partido decisivo para continuar en la carrera preolímpica lo derrotó y lo marginó definitivamente de París 2024.

 

La era Prigioni

 

La era Pablo Prigioni en la selección argentina fue blanco de muchas críticas por todo el mundo del básquetbol.

 

Cómo llegó el cordobés de Río Tercero a ese cargo es responsabilidad del presidente de la Confederación Argentina de Básquetbol, Fabián Borro, que desde ese lugar tendrá la dura responsabilidad de comenzar la reconstrucción, que tiene un 2024 completo por delante antes de ir a defender el título mencionado de campeón de la América Cup en 2025.

Claro que para ello deberá volver a las fuentes, esas que emergieron de la propia Liga Nacional de la mano de su ideólogo y fundador, el inolvidable León Najnudel, hace ya cuatro décadas. Y otra vez, aunque suene casi retrógrada la frase aquella de que “todo tiempo pasado fue mejor”, suena como una verdad de a puño para la actualidad del básquet argentino, por lo que acuñarla como ejemplo será importante para no olvidar esos buenos tiempos y también para hacerlo mirar este presente decadente. Puede hasta resultar un revulsivo decir que hay que volver a las fuentes, esas en las que abrevaron épocas de verdadera gloria.

 

 

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