Comenzó el Año Nuevo y también el proceso político electoral, que para la economía de un país como el nuestro no pasa inadvertido. Veremos las operaciones más burdas, los discursos más contradictorios, las mentiras de siempre. Asistiremos a estos espectáculos vergonzosos. Como por ejemplo, vimos a Aldo Pignanelli, dirigente de Massa, citar con admiración a Arturo Jauretche. El, que es un liberal salvaje, citando a un pensador nacional y popular. O a periodistas de América inflar a un Roberto Lavagna como el prócer de la reestructuración de la Deuda Externa, siendo ministro de Néstor Kirchner. Todo el mundo sabe que Lavagna, tímidamente pedía una quita mucho menor, del 30%. Y todo el mundo sabe también que Kirchner fue el héroe de la reestructuración de la deuda con una quita de casi el 70% y una adhesión de casi el 80% de los acreedores en 2005. Luego, Cristina Fernández de Kirchner en 2010 conseguiría una adhesión récord del 93%. Solo los Fondos Buitres amigos y socios de este Gobierno decidieron no entrar. Nos preparemos para estas operaciones de la prensa adepta al poder.
La realidad, única verdad
Cuando termine el primer trimestre de este año se habrá completado un año de caída de la actividad económica. Será el período más extenso de deterioro del PBI durante el gobierno de Mauricio Macri, frente a los nueve meses de contracción de 2016. El verano de 2019 anotará una baja de entre 4,5 y 5% respecto de igual período de 2018, potenciada en parte por la base de comparación más elevada de aquel momento, cuando la economía todavía remontaba la cuesta de la crisis de 2016. Para tener referencia, el retroceso del PBI en 2002 fue del 11%. La industria, la construcción y el comercio aparecen como los sectores más afectados en esta etapa, con una disminución de la demanda cada vez más profunda que, aunque a primera vista resulte incomprensible, es generada por la propia acción oficial. En lugar de tomar medidas que rescaten el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, el Gobierno los hunde con aumentos de tarifas que superan las recomposiciones paritarias. Esa situación tiene un impacto directo sobre el empleo, dado que aquellas tres actividades concentran más del 50 por ciento de la ocupación nacional. De acuerdo a estimaciones privadas, la desocupación en el conurbano bonaerense anotaría al final del primer trimestre un salto hasta el 14 por ciento, contra el 11,8 del mismo lapso de 2018. La evolución será similar en la mayor parte del país.
Misión imposible
Una vez más estamos analizando en esta columna de hoy la situación económica y social actual. Repasemos de nuevo, con nueva información por qué el Riesgo País se encuentra en estos niveles.
Según la agencia Bloomberg, Argentina es el país que más deuda soberana emitió desde diciembre de 2015. Más que Arabia Saudita, más que Corea, más que Rusia, más que Turquía, más que China! (42 millones de habitantes nuestros contra 1.300 millones de ellos. Pero pedimos más dinero nosotros que ellos!). En total, Cambiemos emitió deuda por más de 162.000 millones de dólares. De los cuales, 57.000 son del FMI. ¿Adónde fue a parar esa montaña de dólares? ¿A inversión en infraestructura? ¿Al famoso Plan Belgrano? No, no fue a ninguna de las dos. El invento de la patria contratista de la Participación Pública Privada no funcionó (el invento de la patria contratista, esa misma que figura en las fotocopias del Gloria, del mismo rubro que el padre del presidente, el mismo rubro que el del dueño de los peajes que acaban de seguir aumentando, la del socio del presidente, la de Florentino Pérez, el del Real Madrid, sí, adonde se terminó jugando la final de la Copa Libertadores de América, sí, en España). ¿Acaso fueron a parar a inversiones productivas, las que nos permitirían repagar esa deuda? Tampoco, hay cada vez menos actividad industrial y menos mercado interno. Sin embargo, la herencia que nos va a pesar como nunca antes, solo de pago de intereses (no de capital, que sigue acumulando más intereses), es increíble. La mayor parte vence en los últimos 3 años desde 2020 en adelante. En 2019 vencen 37.927 millones de dólares. En 2020 vencen 25.719 millones de dólares. En 2021 vencen 35.179 millones de dólares. En 2022 vencen 57.197 millones de dólares. Y en 2023 otros 49.982 millones más. En esos años solo entran del Fondo 22.555 millones este año, 3.875 millones el año que viene, 1.937 millones en 2021 y paremos de contar, no entran más. Sumando y restando los 206.004 que salen menos los 28.367 que entran nos quedan 177.637 millones de dólares que no tenemos forma de conseguir (por eso el Riesgo País por las nubes), si no es entregando Vaca Muerta. Quizás ese sea el plan de Cambiemos, ¿será nuestra cruz eterna?