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Opinión Por Redacción del Nuevo Diario

La voz de un Pueblo que reclamó a Nación con homenajes y cultura

La Salud y la Educación Pública resonaron ayer más que los bombos y las cuerdas.

La Marcha de los Bombos, de este año, no fue solamente un evento profundamente arraigado en el corazón de Santiago del Estero, se ha convertido en mucho más que una celebración de la cultura local. Este año, la marcha no solo resonó con el sonido de los bombos, sino también con las voces de un pueblo que, a través de homenajes cargados de significado, envió un poderoso mensaje al Gobierno Nacional, encabezado por Javier Milei.

Uno de los momentos más conmovedores de la marcha tuvo lugar en el hospital Independencia, donde se realizó un emotivo homenaje a la salud pública. En un año marcado por cuestionamientos y desafíos en el sistema de salud, el subsecretario de Salud de la Provincia, Dr. César Monti, expresó con visible emoción: "Realmente esto fue una demostración de santiagueñidad, del compromiso. Todos los estamentos del estado, la salud, la educación, la gente se reunieron en un agradecimiento eterno hacia la salud pública". Sus palabras resonaron profundamente, reflejando el sentir de un pueblo que valora y defiende sus servicios públicos.

Este homenaje no fue un simple acto protocolar, sino una manifestación de gratitud y orgullo hacia aquellos que han estado en la primera línea, dejando el cuerpo y el alma por el prójimo. Las lágrimas de orgullo del personal de salud presentes en el homenaje fueron un testimonio vivo de la entrega y el sacrificio que han realizado. En un contexto donde muchas veces se discute la eficacia y el funcionamiento del sistema de salud, este tributo fue un poderoso recordatorio de su importancia y de la dedicación inquebrantable de sus trabajadores.

En paralelo, la columna sur de la Marcha de las Cuerdas y Fuelles rindió homenaje a la Universidad Pública, con el rector de la Universidad Nacional, Héctor Paz, recibiendo a los participantes. En un año donde la educación pública también ha enfrentado numerosos desafíos y críticas, este homenaje subrayó el valor de la universidad como pilar fundamental del bienestar social y comunitario. La presencia de estudiantes, profesores y ciudadanos comunes en este acto fue un claro reflejo del apoyo colectivo a la educación pública.

Estas manifestaciones en la Marcha de los Bombos no solo celebraron la cultura santiagueña, sino que también sirvieron como plataformas de reclamo y de afirmación del pensamiento colectivo de la comunidad. En un país donde a menudo las voces de las provincias se sienten desoídas y bajó la sombre de la Ciudad Autónoma, la marcha fue una demostración vibrante de unidad y de demanda de atención por parte del Gobierno Nacional.

Es innegable que hay muchas áreas en las que el país necesita mejorar, pero los eventos de ayer mostraron que la comunidad santiagueña no está dispuesta a quedarse en silencio. La marcha se convirtió en un peregrinaje por el bienestar social ya no solo de un grupo en concreto, sino un llamado a la acción y un recordatorio de que el compromiso con la salud y la educación públicas es fundamental para el desarrollo y el bienestar de cualquier sociedad.

En conclusión, la Marcha de los Bombos de este año fue mucho más que una fiesta cultural; fue una manifestación de identidad, de orgullo y de reclamo por una nación que escuche y valore a sus provincias. A través de homenajes sinceros y significativos, Santiago del Estero alzó su voz en un llamado a la atención y al respeto por sus instituciones públicas, recordándonos a todos la importancia de la unidad y del compromiso colectivo en la construcción de un país más justo y solidario.

DS

DS Marcha Milei
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