“Que nadie entre, porque juro papi que mato al que atraviese la puerta y me mato”, fue la amenazante advertencia que realizó un joven de 23 años. Mantuvo en vilo a su familia y a sus amigos durante varias horas.
El hecho se produjo días atrás en una vivienda ubicada en avenida Coronel Borges, del barrio San Roque, de la ciudad de Pinto –departamento Aguirre-. El joven había llegado a su casa bajo los efectos sustancias prohibidas y tomó un elemento cortante, para luego encerrarse en una habitación del lugar.
Mientras pasaban los minutos, al ver que no volvía, su padre –un peón rural de 45 años- fue a buscarlo. En ese momento, recibió la primera advertencia. El hombre trató de tranquilizarlo y de hablar con él. Pero el joven estaba completamente fuera de sí.
Ante la situación, decidió llamar a la Policía. Trataba de ayudarlo, para evitar que cometiera una tragedia. Los efectivos de la Comisaría Comunitaria 17 se hicieron presentes en el lugar de inmediato.
El joven comenzó a alterarse cuando escuchó la presencia de los uniformados. Por lo que comenzó a gritar que “se mataría”. De inmediato, habría remontado un arma de fuego. Ante la situación, se diagramó un dispositivo de seguridad.
Los efectivos, a requerimiento de la Unidad Fiscal de la circunscripción Añatuya, iniciaron una negociación con el joven. Mientras pasaban los minutos, la tensión iba creciendo. Hasta que el padre de la víctima, observó el momento en el que el muchacho escapaba del lugar, previo saltar por una ventana.
Se dirigió al patio trasero de la vivienda. Desde ahí, empuñando una cadena, amenazaba a los presentes con agredirlos. El joven tenía lesiones en los brazos, las que se habría realizado con un arma blanca. Estaba fuera de sí. Habría arrojado cadenazos en contra de los policías y de sus familiares, que trataban de auxiliarlo.
De manera imprevista, el joven arrojó al piso la cadena, lo que fue aprovechado por los uniformados para inmovilizarlo. Lo tranquilizaron y lo trasladaron al hospital zonal de Pinto, donde le practicaron las curaciones pertinentes en los brazos. Según manifestó el padre de la víctima, las lesiones habrían sido producidas días previos al incidente, cuando amenazó con suicidarse tras mantener una discusión con un familiar.
La Unidad Fiscal interviniente ordenó que se realizara una inspección en la vivienda donde se atrincheró el joven, con el fin de secuestrar diversos elementos que sean importantes para la causa.
Se logró incautar un pico de mano (herramienta) y hierros; elementos que tenían restos de sangre, ya que habían sido usados para atentar contra su vida.
Finalmente, se realizaron las pericias pertinentes en el inmueble, mientras se investiga el hecho.
