El celular de una estudiante de 15 años de la zona sur capitalina comenzó a sonar y vio que se trataba de un “número privado”. Atendió la llamada y una voz masculina le manifestó: “¿Te busco? Estoy con ganas”. La menor quedó atónita y sin poder responder porque no sabía de quién se trataba; incluso, pensó que era una broma. “Aquí estoy con tu amiga”, agregó antes de que la estudiante decidiera cortar. Seguidamente, activó la aplicación para desviar números privados.
El acoso sexual siguió al día siguiente a través de mensajes de texto. “¿Vale, estás? Ya se fue tu amiga, estoy aquí”, le escribió. La menor le preguntó quién era y él le respondió que era del colegio. La víctima lo bloqueó.
El domingo 18 del corriente mes, a la madrugada, desde otro número, el desconocido volvió a decir su nombre y le preguntó si estaba por salir. Volvió a preguntarle quién era y le manifestó: “Mañana voy al colegio”. Volvió a bloquearlo.
La víctima del acoso sexual le contó a su amiga y decidieron escribirle al último número desde otro teléfono para identificarlo en presencia de una preceptora del colegio. Sin embargo, el desconocido llamó al número de la víctima y atendió la amiga; al iniciar la charla el sujeto le dijo que no era la chica con la que quería hablar. La preceptora tomó el celular, pero el sujeto no habló. Al volver el teléfono a la víctima, el acosador le preguntó: “¿Te busco?”.
La alumna le contó a su madre, quien realizó la denuncia en la Comisaría de la Mujer y la Familia. Teme por su integridad.