Conocedor de los controles de las fuerzas de seguridad en las rutas estratégicas para el narcotráfico y, con la ventaja de ser exmiembro de la Gendarmería Nacional, un comandante mayor retirado traficaba cocaína desde Salta a Mendoza.
Se trata del formoseño Miguel Ángel Torres, quien fue detenido junto a otras siete personas más, entre ellos su hijo y dos agentes del Servicio Penitenciario de Salta, por integrar una banda narco-criminal que operaba con nexos en Bolivia. Fueron atrapados en el límite entre Salta y Santiago del Estero.
Según se conoció, desde la misma Gendarmería Nacional se inició una investigación interna que tenía como principal sospechoso de ser el líder de la organización al comandante mayor retirado. El exfuncionario quedó la bajo la lupa de la Justicia en mayo del año pasado, cuando en un control vehicular en el puesto de El Naranjo (Salta) se encontraron casi 100 kilos de marihuana. En ese momento, se detuvo a tres personas.
En esa investigación se conoció un nombre: Antonio Agustín Gutiérrez. La pesquisa profundizó sobre su entorno y encontraron vínculos con el gendarme recién jubilado, además de su hijo, Miguel Emanuel Torres Ibba, y Diego Andrés Bahamonde.
Entre las personas cercanas también detectaron presuntos lazos con Sandra Mariela Areco Florentín y Daniel Antonio Olivera Serrano, según publicó el diario Infobae. La primera es personal administrativo de las cárceles salteñas, mientras que el segundo, que es su marido, era un uniformado de la misma fuerza. Lo echaron hace pocas semanas, previo a su detención.
Las tareas de inteligencia y trabajo de campo que llevó adelante la Policía concluyeron que entre todos conformaban una organización criminal, con una clara distribución de roles. También establecieron que compraban la droga en Bolivia, para luego acopiar los cargamentos en la ciudad de Orán y, desde allí, llevarlo a Mendoza. Fuentes judiciales indicaron que la banda operaba siempre con una misma modalidad: armaban un convoy de dos o tres autos para el traslado. Toda la droga iba en un mismo vehículo, mientras que el resto oficiaba de “punteros”, para alertar a los cómplices sobre controles de ruta o presencia de fuerzas de seguridad.
Para esto, según los investigadores, era determinante el conocimiento que tenía el exgendarme Torres, quien durante sus días en la fuerza ocupó cargos importantes y llegó a liderar unidades.
Ahora comandaba a su célula narco: coordinaba las operaciones del tráfico, y participaba de los viajes en un auto Fiat Argo. De acuerdo a lo establecido por el Ministerio Público Fiscal, los Torres tenían un acuerdo con otra banda que operaba en Orán para participar del negocio ilícito. Con ese otro grupo habrían mantenido una deuda, que obligó al exgendarme a vender una propiedad para pagarles y evitar un ajuste de cuentas. La banda emprendió viaje en tres autos. A través de la geolocalización de los celulares, detectaron que Gutiérrez y Torres hijo viajaban en un Fiat Cronos, el exgendarme en su auto habitual y en un tercer vehículo, una Fiat Toro, iban Olivera Serrano, su pareja y Bahamonde.
Llegaron juntos a la ciudad mendocina de Guaymallén. Torres padre estacionó frente a una casa ubicada en Adolfo Calle al 9100 y, antes de entrar, hizo un gesto de aprobación con la mano hacia una camioneta Volkswagen Amarok. Tras identificarlo, el conductor de ese vehículo se fue.
Segundos después llegó el auto en el que estaba la droga: el Fiat Cronos. Entonces intervino la Policía para interceptarlos, encontraron 14 kilogramos de cocaína y detuvieron a Gutiérrez y Torres Ibba. Entraron a la casa y allí cayeron otros dos cómplices: Paul César Heredia Comandiri y Francisco Salinas Campos.
En una habitación de la vivienda encontraron otros 18 kilogramos de la misma droga. También incautaron 995 gramos de éxtasis, dos pistolas, $ 300.000 y celulares, entre otros elementos de interés para la causa.
Los operativos continuaron en la zona y derivaron en la captura de los otros cuatro presuntos criminales que habían viajado a Mendoza: el comandante mayor retirado Torres, Bahamonde, Olivera Serrano y Areco Florentín.