Alrededor de las 21.30 de anoche se presentó en sede policial un hombre en estado de desesperación, pues su hijo de 1 año y 11 meses covulsionaba.
"¡Hagan algo, por favor!", gritaba el progenitor del pequeño, que temblaba.
Por la urgencia del caso, cargaron al bebé en un patrullero, lo colocaron de costado (para evitar que se broncoaspirara con saliva) y lo trasladaron al Cepsi.
Allí fue recibido por personal médico, que le diagnosticó convulsiones por fiebre, ya que tenía 38.3º de temperatura. Lograron estabilizarlo.
El progenitor de la criatura, domiciliado en el Bº Autonomía, agradeció a los uniformados por la labor realizada.