
Mientras pastaban, caprinos y ovinos se desplomaban muertos. Habían ingerido maíz y un potente químico, que les ocasionó un envenenamiento fulminante. La denuncia fue realizada y la Policía investiga el caso.
En la mañana de anteayer, un pequeño productor de 45 años, residente en el paraje Pozo El Salado —departamento Alberdi—, fue alertado por su hermano de que “sus ovejas caían muertas mientras caminaban”. Sin entender bien qué le decía su hermano, el denunciante se dirigió hasta la casa de su familiar, a ver qué había pasado. Encontró un animal muerto en el patio de la casa, por lo que tomó un puñal y le abrió la panza. En su sistema digestivo, el criador encontró maíz y urea —un químico utilizado como fertilizante—.
Preocupado por lo que estaba viendo, se dirigió hacia su vivienda, tomó un lazo y salió a buscar sus animales. Según consta en la denuncia realizada por el damnificado en la Comisaría Comunitaria N° 18 de Campo Gallo, se habría internado en una zona montuosa lindante a su terreno, y a unos cien metros encontró un “tendal” de cabras y ovejas muertas sobre el suelo. Siguió rastreando y al costado del cerco del campo lindante encontró una oveja agonizando. Continuó buscando y descubrió que en el campo de su vecino había maíz y urea, lo que habría sido consumido por sus animales.
El damnificado se entrevistó con el dueño del campo, quien le indicó que “tomaría los recaudos correspondientes para evitar más muertes”. En el caso se dio intervención a la Fiscalía de Capital, que ordenó medidas a seguir.