
Una explosión y el grito de una mujer, vaticinó a la familia Núñez del barrio Bruno Volta —ciudad Capital— sobre una tragedia. La víctima se levantó y no tuvo tiempo de hacer nada. El techo de la casa le cedió encima y terminó sufriendo lesiones en las piernas. Está viva de milagro.
Eran aproximadamente las seis de ayer, cuando Mirta Núñez se despertó. La mujer, vive en una propiedad ubicada en Calle 512 Nº 602 —entre calles 201 y Güemes— del mencionado barrio. En el inmueble residen en total quince personas, de las cuales cuatro son menores.
Mirta salió desde su precaria vivienda y se dirigió al baño, ubicado en el fondo del terreno. En ese momento, escuchó que algo cayó. Fue una fuerte explosión, momento que escuchó el grito de una mujer. Desesperada, la dueña de casa que es diabética e hipertensa, salió a ver qué había pasado. Se quedó sorprendida, al ver que parte del techo de la habitación donde reside su hija, estaba en el suelo. Se acercó y se percató que también parte de la mampostería había cedido. Su hija, que trabaja en un comercio del casco céntrico, estaba atrapada entre los escombros.
Ante la situación, llamaron a la Policía. La joven, de 25 años, fue auxiliada y trasladada al hospital Regional Dr. Ramón Carrillo donde se le realizaron las curaciones pertinentes. La víctima presentaba lesiones en las piernas y estaba en shock.
Mientras la Policía y los bomberos trabajaban en la casa, un trozo de mampostería cayó. Afortunadamente, en esta oportunidad, no lesionó a nadie.
Por el peligro de más derrumbe, los efectivos indicaron a la familia que “no podían quedarse en el lugar para evitar una tragedia”, por lo que “quedaron con lo puesto” y en crisis de nervios.
“La veía aplastada a mi hija, que está viva de milagro hoy”, dijo Mirta
En diálogo con Nuevo Diario, Mirta destacó: “Escuché un ruido y vine a ver qué había sucedido. Encontré a mi hija aplastada. Juro que la veía aplastada a mi hija, que está viva de milagro hoy”.
“Podría haber sido una tragedia. La casa se agrietó porque se habría filtrado agua de un caño roto de la casa de al lado. Esto podría haber sido una tragedia; porque tengo a uno de mis hijos viviendo en el baño y al otro, en otro rancho. No tenemos lugar ya en la casa”, remarcó.
Mirta apeló a la solidaridad de la sociedad que deseé colaborar con su familia comunicarse al número (385) 155772387.