El 1° de junio el presidente argentino, Alberto Fernández, mantuvo una conversación telefónica con el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Durante la comunicación, Biden formalizó una invitación para que Fernández visite Washington durante la última semana de julio, a los efectos de profundizar la relación bilateral en una amplia agenda de temas estratégicos de cooperación, entre los que se encuentran el cambio climático, la cooperación financiera, las energías renovables, la innovación tecnológica, los derechos humanos y la producción agro-alimentaria.
El encuentro será la primera reunión bilateral presencial entre ambos mandatarios en la ciudad de Washington. Sin embargo, ya ambos Presidentes han mantenido varias conversaciones telefónicas e intercambios epistolares y han participado de sendas reuniones en conjunto con otros líderes. A título ilustrativo, el 9 de diciembre último el Presidente argentino participó por videoconferencia de la Cumbre por la Democracia organizada por el presidente estadounidense. El 9 de septiembre Fernández expuso, también de manera virtual, junto a líderes globales, en el Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima, convocado por el Presidente de Estados Unidos. Por otro lado, Fernández y Biden habían dialogado brevemente el pasado 30 de octubre, en el marco de los saludos protocolares en la Cumbre de Líderes del G20 en Roma. Y aún antes, el 22 de abril de 2021, el mandatario argentino disertó en la Cumbre de Líderes sobre el Cambio Climático. Incluso antes de que el Presidente de Estados Unidos asumiera su cargo, el 30 de noviembre de 2020, Fernández mantuvo una conversación telefónica desde Casa Rosada con el entonces mandatario electo de los Estados Unidos. En definitiva, se trata de un proceso de diálogo e interacción en un marco de cordialidad y respeto mutuo. En este último diálogo, que se mantuvo durante 25 minutos, ambos mandatorios trataron la problemática de la inseguridad alimentaria, la transición energética, las nuevas cadenas regionales de valor y el cambio tecnológico con inclusión social, en un contexto donde sobresale la importancia de consolidar pasos concretos para garantizar la paz global, entre otros temas. El diálogo contribuyó a destacar la potencialidad del vínculo bilateral, y a establecer una hoja de ruta que, en el marco de América Latina y el Caribe, permita desplegar oportunidades de desarrollo humano integral, sostenible e inclusivo.