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Política #Política

Cristina llamó a una cumbre política, condenó a empresarios y exclamó que "no hay salvaciones milagrosas"

La Vicepresidenta de la Nación dio una clase magistral en el Teatro Argentino de La Plata, donde se explayó de diversos temas de actualidad que comprenden la dolarización, la situación económica y el delineado de una solución.

Este jueves, la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, brindó una esperadísima alocución durante la presentación de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner, en el Teatro Argentino de La Plata.

 

Con miles de militantes fuera y dentro del recinto, Cristina se explayó sobre los temas que más conciernen a la política actual, como el grave panorama económico y la creciente afinidad social a Javier Milei, que promete una dolarización, la cual resultaría totalmente perjudicial, según sus palabras.

 

Entre los exponentes que asistieron se encontraban el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner; el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; la titular de Diputados, Cecilia Moreau, y el Ministro del Interior, 'Wado' de Pedro, entre otros.

 

Punto por punto, todo el discurso de CristinaCristina tomó la palabra para dar la clase magistral “con un poquito de experiencia de vida”. Adujo que estamos en un extraño momento en el que el pasado se forma en el presente, debido al cumplimiento de los 20 años desde que Néstor salía segundo en los comicios que lo llevarían a la presidencia tras la renuncia de Ménem.

 

Entrando en declaraciones contundentes, Cristina comenzó a hablar de la dolarización, recordando cómo se capturaron los plazos fijos de los depositantes para poder costear el duro proceso fiscal de la convertibilidad, que a su parecer, es un "símil" de la dolarización. Se refirió al plan Bonex, que sirvió para “aliviar” a los ahorristas privados de sus sumas, y cómo fracasó. "Terminó con muertos, sangre y represión en las calles", destacó.

 

Hoy, nos vienen a proponer lo mismo, y estamos todos discutiendo lo que fracasó hace 20 años”, lanzó Cristina, para referirse al responsable pero sin nombre: “el de ojitos claros”.

 

Luego, se refirió a los “vouchers de educación” de Milei, y lo comparó a cuando quisieron arancelar las universidades públicas, lo que llevaría a “eliminar la gratuidad” de los altos estudios, manifestando que la Argentina tiene una historia circular, y que es imposible avanzar si no sabemos de dónde venimos.

 

Tras esto, se extendió sobre el plan en el que avanzó Sergio Massa, a quien le advirtió de que había que organizarlo bien para que crezca toda la población y no “4 vivos”, tal y como “está pasando hoy en día”, según sus palabras.

 

Posteriormente, abordó la naturaleza inflacionaria del acuerdo del FMI, mostrando a través de un gráfico cómo el índice se disparó tras la firma de este. “Se quieren aplicar políticas enlatadas (…) que no han dado un modelo exitoso en ninguna parte del mundo. ¿Saben quién fue quien más apoyó la convertibilidad y lo aplaudieron en una asamblea del FMI? Miren cómo terminamos, 5 presidentes en una semana, represión, muertos en la calle, miseria, dolor. Es necesario revisar esas cláusulas”, aseveró.

 

Luego, se refirió a la economía bimonetaria que se vive en la Argentina, y que la preferencia del dólar como reserva de valor frente al peso es un agente que “estresa la economía”.

 

También arremetió contra los empresarios, cargándoles la culpa del déficit fiscal, por deflactar la inflación de las ganancias que obtienen mensualmente, lo que eventualmente altera las cifras crematísticas. “Así es imposible perder, quiero ser empresario”, añadió con ironía la Vicepresidenta. “Se juntan a ver a quiénes van a echar, a quién le van a hacer daño, cómo van a empeorar la situación”, manifestó. Mostrando los índices de uso de la capacidad instalada, la Vicepresidenta mostró que únicamente 3 sectores ascendieron en el año, condenado las subas de precio del resto, que bajaron, ya que no tendrían razón de ser.

 

Otro de los puntos que abordó fue el de la corrida cambiaria y su impacto económico actual, mostrando con un gráfico que durante sus dos gobiernos hubo un total de 11 corridas bancarias que no tuvieron “consecuencias significativas”, endilgando el fenómeno actual, nuevamente, a los empresarios.

 

Una de las ideas en las que más redundó Cristina es en la de una mesa política que abarque todas las fuerzas para llegar a un acuerdo común en normalizar el mercado cambiario y trazar las regulaciones necesarias para evitar que “los vivos” se sigan aprovechando para engordar sus bolsillos en perjuicio del pueblo.

 

Tajantes críticas lanzó también para el poder económico concentrado, evidenciando que con las políticas actuales, ningún espacio político, sea cual sea su color, puede “salvar” al pueblo de sus maniobras que perjudican el panorama económico.

 

Por último, reflejó que ya no es una discusión que el capitalismo sea una ideología, sino que es el método de producción más eficiente del mundo, y que hay que ver quién es el que conduce los circuitos productivos para buscar un resultado justo para todos.

 

Se viene un mundo nuevo, algo pasa”, destacó en varias ocasiones, instando a “abrir los ojos”. “Tenemos problemas nuevos, no podemos tener la cabeza tan vieja y seguir discutiendo problemas viejos”, deslizó, nuevamente aludiendo al tema de la dolarización.

 

“En Avellaneda les dije que saquen el bastón de mariscal, pero no para dárselo en la cabeza a otro compañero o compañera. Necesitamos un programa de gobierno, necesitamos saber qué hacer con los recursos, con el litio, saber cómo vamos a manejar lo que se va a dar a partir del Gasoducto Néstor Kirchner en Vaca Muerta que recuperamos, pero también tenemos que saber que no hay salvaciones milagrosas”, cerró.

 

Por Facundo Xavier Ferrera Flores, para Nuevo Diario

Cristina Fernández de Kirchner
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