El pasado viernes, la secretaria de Gerardo Milman, Ivana Bohdziewicz, se presentaba en Comodoro Py para declarar por tercera vez en el avance de la investigación de la causa por el intento de homicidio cometido en perjuicio de la Vicepresidenta de la Nación.
Bohdziewicz, que habría estado presente en el bar Casablanca cuando el diputado al que respondía dijera "cuando la maten (a Cristina) yo estoy camino a la costa", cambió sorpresivamente su testimonio y apuntó directamente contra Patricia Bullrich, confesando la estrategia que hubo detrás del borrado de los teléfonos de los implicados, algo que en un principio había declarado como una "decisión personal".
No obstante, la asesora denuncia estar recibiendo "presiones", lo que la empujó a vomitar la verdad que se intentó ocultar. De acuerdo a sus palabras, Milman la citó tanto a ella como a su compañera —también comprometida— en unas oficinas del Instituto de Estudios Estratégicos en Seguridad (IEES), organismo dirigido por la precandidata del PRO.
Allí, no solo las recibió el diputado y jefe de campaña de Bullrich, sino que también había un perito informático "de confianza", el cual les solicitó el teléfono a los tres funcionarios y ejecutó una limpieza profunda de los dispositivos, borrando cualquier tipo de información sensible.
Las declaraciones de Bohdziewicz agitaron naturalmente al partido amarillo y llegaron rápidamente a oídos de la Vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, quien ya le ordenó a sus abogados solicitar medidas de "protección" para la secretaria. Además, los letrados pedirán que se investigue a Patricia Bullrich, y usarán este nuevo testimonio como un argumento más en la recusación de la magistrada María Eugenia Capuchetti, que sigue al frente de la causa, aunque el pedido ya llegó a la Corte Suprema de Justicia.
Todo apunta a que este lunes va a ser un día agitado, con los abogados de Cristina expidiendo los nuevos documentos que recogen el testimonio como prueba para solicitar la investigación de Patricia Bullrich y su teléfono, y con el PRO potencialmente plantando su defensa.
Por Facundo Xavier Ferrera Flores, para Nuevo Diario