
La opinión es unánime. Todos los consultores y especialistas en campañas electorales sostienen que la candidatura de Cristina Kirchner en la Tercera Sección electoral de la Provincia de Buenos Aires produce un fuerte impacto, puede producir entusiasmo, dándole pelea a cierta desazón en el peronismo y al enorme ausentismo que se está verificando en 2025. La mayoría de los consultores creen que seguramente ganará en la Tercera, pero que el punto clave es la diferencia: le facturarán si hay poca distancia con la alianza entre el gobierno y el PRO o tratarán de amortiguar su eventual victoria con derrotas del peronismo en otras secciones. En cualquier caso, todos están de acuerdo en que la unidad entre Cristina-Axel Kicillof y Sergio Massa es obligatoria, condición imprescindible para no sucumbir. Finalmente, en todos los análisis está presente la amenaza de un fallo express de la Corte -no hay antecedentes de una resolución en tres meses- que produciría el terremoto político de sellar la proscripción de la expresidenta.
Un impacto
“El lanzamiento de la candidatura de Cristina -analiza Federico Aurelio, titular de Aresco-, sin duda, ha sido una vez más una demostración del impacto que genera en la política argentina cada movimiento de la expresidenta. Por supuesto que trasciende el área donde ella sería candidata. No pega sólo en la tercera sección electoral. Todos sabemos que en esa sección se va a definir el destino de la elección del peronismo en la Provincia de Buenos Aires. El ojo va a estar puesto en cuál es la diferencia que obtiene el peronismo en esa sección donde gana siempre. Aún en 2023, con el triunfo nacional de Milei, ahí el peronismo sacó 16 puntos de ventaja. O sea que el pronóstico es favorable al peronismo, pero reforzado por Cristina y lo que sucedió luego con el acuerdo y seguramente la unidad con Kicillof y las otras vertientes del peronismo”.
Un acierto
“Un acierto de Cristina -sostiene Raúl Timerman de Grupo de Opinión-. Ella va a estar en la sección electoral más grande de todo el país y se asegura un triunfo donde puede llegar al 50 por ciento de los votos. Hay dos posibilidades. Que la Corte Suprema emita un fallo que no la va a favorecer y en ese caso no va a poder ser candidata. O que la Corte Suprema no emita un fallo, ella sea candidata y gane, aunque se pierda la Provincia de Buenos Aires. En este caso ella va a salir victoriosa y mantiene su referencia política. En este momento, en el Movimiento Justicialista, hay tres referentes políticos. Axel Kicillof, Cristina Kirchner y Sergio Massa. Los tres referentes políticos quieren ser candidatos a presidente. Eso significa, dentro del peronismo, que no hay un jefe. Porque cuando hay un jefe en el peronismo y el jefe quiere ser candidato a presidente, los otros se bajan, no se postulan, ni siquiera manifiestan intenciones. En ese marco, ella hizo una gran movida”.
Se plantean desafíos
“La decisión de Cristina plantea desafíos -asegura Hugo Haime, de Haime y Asociados-
Al interior del peronismo, obliga a que se produzcan definiciones sobre las contradicciones internas. Una unidad que parta de acuerdos profundos o el riesgo de que en las negociaciones estallen las secciones electorales. Cristina y Axel están obligados a definir. Segundo desafío. En cualquier caso, la participación de Cristina nacionaliza la elección, se pierde la idea de provincializar que tenía Axel y obliga al gobierno nacional a ganarle al peronismo. Han dicho que van a sepultar al kirchnerismo. En la Casa Rosada dan por descontado que Cristina gana en la tercera y pondrán el acento en la diferencia. Por otra parte, obliga al gobierno nacional a ganarle al peronismo no solo en la tercera sección electoral sino en la sumatoria de la provincia. Pero no le será fácil cumplir su promesa de sepultar al kirchnerismo. Obviamente, para el gobierno nacional perder la elección es un problema. Si pierde en septiembre, está obligado a ganar en octubre. El peronismo, si vence en septiembre queda más aliviado para octubre”.
Contra el desánimo y el ausentismo
“Son 4.846.000 ciudadanos -precisa Artemio López, de Equis-. La tercera sección electoral es la más poblada del país, con un peso electoral superior al de cualquier otra provincia.
El desafío que asume la expresidenta entonces es tan grande como intransferible, en medio del desánimo general: volver a representar a la gente y al peronismo.
En 2025, con un ausentismo récord, superior al 45 por ciento, la única figura convocante es Cristina y puede recomponer la base electoral, además de enfrentar el ausentismo. Más allá de toda discusión interna, el gobernador bonaerense resulta hoy el principal beneficiario de la potente candidatura de CFK y los resultados que la expresidenta pueda obtener en la mítica Tercera, en un contexto provincial electoralmente muy difícil”.
Garantizar el triunfo
“La decisión de Cristina apunta a garantizar el necesario e imprescindible triunfo -insiste Roberto Bacman, al frente del Centro de Estudios de Opinión Pública-. Planteó un tema fundamental: ganar en las elecciones provinciales y municipales es una condición imprescindible para imponerse en octubre a la hora de renovar diputados nacionales. Pero sin unidad, ganar es casi una quimera, y aunque el problema es más de fondo, y las diferencias son profundas, levantó el teléfono y habló con Axel y hubo una primera fumata blanca, que dio origen a la posibilidad de presentar al peronismo unido. Ahora habrá que construir la unidad como único camino posible, en un entorno complejo, con una economía que no arranca y para colmo de males una importante presión mediática y del establishment sobre los cortesanos para que rechacen el recurso de Cristina y la dejen a un paso de ir a prisión”.
Los tres motivos de Cristina
“El lanzamiento de CFK tiene distintos motivos -redondea Eduardo Fidanza, de Poliarquía-: el primero, creo, no perder relevancia política tanto dentro como fuera del peronismo, en un momento en que la oposición está en estado de confusión. El segundo, es enfrentar la posibilidad de que la Corte confirme la condena y la inhabilite. Y, en tercer lugar, vuelve a provocar que el peronismo gire en torno a ella, reafirmando su centralidad y obligando a que Kicillof baje, al menos por ahora, la pretensión de desafiarla. Ella, que calentó la interna, en una jugada hábil, se apropió de la unidad y es difícil que alguien pueda discutirle ese punto. El peronismo tendrá muchos problemas para ganar en octubre, de modo que la unidad es una obligación, no una opción. Los antecedentes dicen que es prácticamente imposible que pierda en la Tercera Sección. Sin embargo, eso no puede asegurarse y, además, en caso de ganar es muy importante cuál será la diferencia que le saque al segundo. Los antecedentes también enseñan que un triunfo del peronismo debe ser suficientemente holgado en ese territorio. Si ganara por poco en septiembre, eso puede ser el anticipo de una mala elección en octubre”.
Clave que encabece la Tercera
Las dos figuras bonaerenses del peronismo son Cristina y Axel. Es clave que esté Cristina en esta elección -señala Santiago Giorgetta, de Proyección-. Es muy convocante que ella encabece la boleta en la Tercera. En el resto de las secciones muchos se preguntarán ¿por qué no está Cristina? La respuesta parece cada vez más clara: la persecución judicial que pesa sobre la expresidenta aceleró los tiempos y vuelve a ponerle un límite a la potencia electoral de Cristina. Porque no cabe ninguna duda que la acompañarán con su voto el peronismo de la provincia de Buenos Aires y sobre todo los sectores populares, que son los más agredidos por las políticas económicas de ajuste del gobierno de Milei. Son esas franjas, además, las que hoy mayormente se ausentan en los procesos electorales”.
Con información de Página 12