Durante su participación en el ciclo Actualidad Política de Radio LV11, el doctor Aldo Gavícola, director de Medicina Preventiva de la Provincia, alertó sobre los efectos del descenso abrupto de la temperatura en la salud de las personas y expresó fuertes críticas hacia el rumbo actual de las políticas públicas nacionales en materia sanitaria.
En relación con el frío que se vive en gran parte del país, el profesional explicó que los cambios bruscos de temperatura afectan directamente al sistema inmunológico de las personas, haciéndolas más vulnerables a enfermedades respiratorias. “Pasamos de ver gente con remeras a ver camperas y calefactores encendidos. Esa transición tan repentina no le da tiempo al cuerpo de adaptarse y bajan nuestras defensas”, indicó.
Asimismo, advirtió sobre el uso de calefactores a gas y braseros, los cuales deben encenderse y apagarse siempre fuera del hogar. “Los gases de combustión son altamente tóxicos y pueden ser letales si se acumulan en ambientes cerrados. Nunca hay que dormir con esos artefactos encendidos”, subrayó.
Políticas sanitarias: “Nos estamos aislando del mundo”
En la segunda parte de la entrevista, Gavícola abordó con tono crítico el panorama sanitario nacional y comparó, a modo de ficción, dos modelos opuestos de gestión de la salud pública. A través de una alegoría, contrastó un “país con un gobierno presente y políticas activas de salud preventiva”, con otro “más grande, con organismos debilitados, escasez de vacunas y fármacos adulterados”.
También se refirió al impacto del achicamiento del Estado en el área sanitaria: “Hoy hay áreas completas del Ministerio de Salud sin personal capacitado, gente con décadas de experiencia que fue desplazada por una decisión ideológica. Eso no se recupera fácilmente. Formar un profesional de alto nivel lleva años, esfuerzo, dinero y compromiso”.
Crisis de científicos y fuga de cerebros
Gavícola hizo hincapié en el valor del recurso humano en salud y en investigación, destacando el rol de organismos como el CONICET. “Cuando se habla de ciencia, muchos piensan en la NASA, pero nosotros tenemos profesionales formados acá que trabajan, por ejemplo, en la prevención de la leishmaniasis. Si esas personas se van porque no tienen lugar en el Estado, la fuga de cerebros es real y costosa, y los países que los reciben se benefician con todo ese conocimiento que nosotros financiamos y formamos”, afirmó.
En este sentido, lamentó que “en nombre del ajuste” se desmantele la estructura sanitaria nacional sin evaluar el impacto en la gente. “No hay relato que valga: cuando alguien tiene una enfermedad y no hay especialistas o medicamentos, el problema te toca a vos. Porque nadie vive sin problemas”, reflexionó.
Finalmente, sentenció con dureza: “En la Argentina de Milei, el Estado existe pero sin gente adentro. Solo hay FMI, déficit cero y Estados Unidos. Pero la salud pública, las vacunas, los epidemiólogos, los trabajadores, no entran en esa ecuación”.