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Política

INTA: “Quieren destruir el organismo y ponerlo al servicio de unos pocos”

Trabajadoras del INTA y delegadas gremiales de ATE, participaron del ciclo “Actualidad Política” en Radio LV11

Rita Luna y María Lucrecia, trabajadoras del INTA y delegadas gremiales de ATE, participaron del ciclo “Actualidad Política” en Radio LV11, donde alertaron sobre la crítica situación que atraviesa el organismo y la posible pérdida de su autonomía frente al avance de políticas de ajuste impulsadas por el Gobierno Nacional.

En un encendido testimonio, las representantes sindicales denunciaron una serie de medidas que —según afirman— ponen en jaque al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), un organismo clave para la producción agropecuaria del país y para el desarrollo territorial. “Estamos viviendo una situación gravísima. Hace más de ocho meses que venimos soportando amenazas de cierre, de retiros voluntarios, jubilaciones anticipadas, recortes presupuestarios. Ahora nos enfrentamos a un decreto que directamente desmembraría al INTA, quitándole su autarquía y poniéndolo bajo la órbita del Ministerio de Economía”, advirtió Rita Luna.

La medida, según detallaron, buscaría alterar la composición del Consejo Directivo del organismo, excluyendo a representantes de universidades y del sector científico. “Lo que quieren es quedarse solo con los actores que les responden políticamente y eliminar las voces técnicas, universitarias y profesionales que aportan mirada crítica”, agregó.

 

Contradicción de Milei

Las delegadas hicieron especial énfasis en la contradicción entre el discurso oficial, que se presenta como defensor del productor agropecuario, y la decisión de debilitar uno de los principales entes públicos que brinda asistencia técnica, acompañamiento y desarrollo de tecnología para el sector. “Es un contrasentido. El gobierno dice que apoya al productor, pero quiere eliminar al INTA, que trabaja con todos los estratos: desde los pequeños productores familiares hasta las grandes empresas. Si avanzan en esta línea, afectarán fuertemente a las economías regionales”, sostuvo María Lucrecia.

Asimismo, explicaron que, lejos de limitarse a una tarea técnica, el INTA cumple un rol social fundamental, especialmente en provincias como Santiago del Estero, donde la ruralidad es diversa y compleja. “En nuestro caso, trabajamos articuladamente con asociaciones, cooperativas, escuelas, universidades. Se investiga, se capacita, se desarrollan semillas, alimentos, fertilizantes. Todo esto corre riesgo de desaparecer si el Estado abandona su rol”, afirmó.

Uno de los puntos más alarmantes que mencionaron es la posible pérdida de la soberanía alimentaria. “El gobierno quiere que dejemos de producir nuestras propias semillas y dependamos de empresas privadas. Eso nos haría perder soberanía. Ya estamos viendo cómo alimentos producidos acá salen como materia prima y vuelven procesados desde Brasil o Chile, a precio dólar”, advirtió Luna.

Sobre la situación laboral, indicaron que ya se han cerrado programas, se han paralizado investigaciones y se registra una importante fuga de profesionales hacia el sector privado. “Estamos hablando de científicos y técnicos formados por el Estado con becas doctorales, que hoy se están yendo porque el sueldo no les alcanza. Se estima que podrían perderse entre 800 y 1.500 puestos de trabajo. Es una descapitalización humana y científica terrible”, denunciaron.

 

Condiciones actuales

En cuanto a las condiciones actuales de trabajo, las delegadas señalaron que la situación se vuelve cada vez más insostenible: no hay recursos para combustible, ni para mantener el parque automotor, vital para llegar a las zonas rurales. “Muchos compañeros están poniendo de su bolsillo para poder seguir trabajando en los territorios. Y aun así, no bajamos los brazos. Nos sostiene la red de solidaridad con los productores y el compromiso que tenemos con ellos. Pero la angustia es diaria, la situación anímica está muy afectada”, relató Lucrecia.

A pesar del duro panorama, ambas coincidieron en que los trabajadores del INTA, junto a sus directores regionales y los consejos locales asesores, seguirán resistiendo: “Pedimos que no acepten los retiros voluntarios, que tratemos de quedarnos, de hacer el esfuerzo. No podemos permitir que destruyan un organismo que llevó décadas construir y que es esencial para la producción de alimentos sanos, para el cuidado ambiental y para la soberanía nacional”.

Finalmente, hicieron un llamado a toda la sociedad a informarse, a defender lo público y a acompañar la lucha de los trabajadores del INTA. “El país no puede crecer si destruyen los pilares que sostienen el desarrollo. El INTA es uno de ellos”.

INTA LV11
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