
La celebración presidida por Su Santidad, el papa Francisco, comenzó a las 10.30, todos los presentes, miles de almas congregadas fueron tocadas por un cálido y brillante sol, cuando efectivamente Albino Luciani, Juan Pablo I se convirtió en beato para toda la fe cristiana.
En ese sentido, una de las presentes fue la santiagueña Cintia Suárez, quien junto a su compañera escritora Nunzia Locatelli, escribió sobre el peregrinar de Mama Antula y el milagro de Juan Pablo I estuvieron en una celebración única.
Y ella, en primera persona, describió: “Es la misma emoción en particular que he tenido en Santiago con nuestra Mama Antula cuando fue declarada beata. Porque es todo un rito que tiene tantos años de tradición y todo lo que simboliza es algo maravilloso. Y estar aquí en Roma, en el Vaticano, a metros del papa Francisco y que el milagro para la beatificación sea gracias a una joven argentina, y además tener el privilegio de conocer al sacerdote (padre José Dabusti) que ha rezado y ha invocado al papa Juan Pablo I para este milagro, es muy fuerte toda la conjunción de lo que se vive y estoy viviendo”, comentó Cintia Suárez
Factor climático
Además, Suárez comentó: “Fue sorprendente el fenómeno meteorológico que hemos vivido en el Vaticano, con mucho calor, se avecinaba una gran tormenta de verano y entre medio de los truenos y rayos, pero cuando termina de pronunciar el Papa la homilía, termina la lluvia y cuando dio la bendición final salió el sol a pleno”.
En todo lo que es Roma se percibe una alegría importante, con devotos de todo el mundo que vinieron a presenciar la beatificación y la verdad que es una experiencia única. Hoy (por ayer) como se trataba de un beato Papa se realizó una ceremonia especial.
Hemos viajado junto a mi colega Nunzia Locatelli que hemos escrito sobre el milagro de Mama Antula y ahora sobre el milagro del papa Juan Pablo I”, dijo.
El milagro fue en Argentina como
el Papa que lo pronunció beato
Son muchas las casualidades y coincidencia que se pueden dar, una de ellas que el padre del papa Juan Pablo I, Giovanni Luciani, tuvo que llegar en barco a la Argentina para buscar un mejor porvenir. Nuevamente ayer, la Nación estuvo presente por el acto de fe que posibilitó que el papa Francisco pronunciara un nuevo beato, por un milagro en nuestro pais.
Sobre el milagro
En 2011, en Paraná, se enferma muy gravemente Candela Giarda cuando tenía 10 años, con un tipo de convulsiones refractarias al tratamiento, la derivan por distintos centros de salud. Luego, llegado cierto momento, contrae una pulmonía, una infección y la madre de una mujer de fe se acerca al padre José Dabusti y él comienza a visitar a la joven. Hasta que cierto día, a la mamá le informan que ya no había nada más que hacer por Candela, que su cuadro era muy grave “que de esa noche no pasaba”. Por lo que le piden que vaya el padre José Dabusti y rece en la terapia, y en ese momento invocó al papa Juan Pablo I y ese día la nena salió de todo peligro.