Según la Asociación de Lucha Contra Bulimia y Anorexia (Aluba), Argentina es el segundo país del mundo con más casos de trastornos alimenticios. El 70% de las mujeres no está conforme con su cuerpo y el 60% admite querer adelgazar. En este contexto, se estima que más de un 30% de personas con sobrepeso y obesidad sufren atracones.
Debido a estos datos, Nuevo Diario se comunicó con Luz Gerez Carabajal, licenciada en Nutrición Clínica y Deportiva.
Al comenzar, la profesional dijo: “Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son un desorden o alteración en los hábitos alimenticios. La mayoría de los casos se dan en ciertas etapas de vulnerabilidad, como lo es la adolescencia. En esa etapa uno desarrolla su imagen, como se ve uno mismo y como te ven los demás. Los más comunes son la bulimia, anorexia o atracones”.
Los TCA afectan a 70 millones de personas alrededor del mundo y tienen la tasa de mortalidad más alta de cualquier enfermedad mental.
“Los que hoy en día predominan son: la vigorexia, cuando uno se obsesiona con la actividad física y la realiza de manera excesiva. También, algo que veo mucho en el consultorio y puntualmente en mujeres embarazadas es que no pueden aceptar el cambio del cuerpo, y ese temor al cambio corporal se llama pregorexia. Si comen menos o suprimen alimentos que no deben las que van a sufrir son ellas, ya que el cuerpo de forma biológica protege el feto. No dimensionan que va más allá de lo estético”, desarrolló al respecto de las “nuevas” condiciones.
Luego expresó: “Antes se veía mucho lo que es anorexia y bulimia, ahora más que nada se ve el trastorno por atracón, que a veces se lo confunde con la bulimia, por que uno come mucho y después lo purgaba por sensación de culpa. En el acto de comer uno no solo lo hace por una necesidad biológica, sino también por factores emocionales que repercuten en la ingesta”, detalló.
El hombre tiene etapas vulnerables pero la mujer más; la niñez, adolescencia, embarazo, por eso es mayor la cantidad de TCA en mujeres”.
Sobre el rol de la sociedad, dijo: “Ella y las publicidades, el marketing, impactan mucho en los TCA. Creo que hay un hilo muy delgado entre lo saludable y las conductas que no lo son. El ayuno, por ejemplo, debe ser supervisado por alguien que sepa, no es así nomás”, explicó sobre practicas que se pusieron de “moda” estos últimos años.
Para finalizar, declaró: “Ya no se habla de peso ideal, sino de peso posible”.