Gabriel Jiménez, un joven de Santiago del Estero, continúa sorprendiendo con su increíble aventura sobre dos ruedas. Luego de alcanzar su sueño de llegar a Ushuaia, en Tierra del Fuego desde Santiago del Estero, decidió no regresar a su hogar, sino seguir desafiando las rutas argentinas. Desde el 16 de febrero, ha estado recorriendo el país en su motocicleta Honda Wave de 110 cilindradas, un viaje que lo llevó hasta el fin del mundo y, más tarde, lo condujo a otro reto: completar la mítica Ruta 40.
Nuevo Diario tuvo habló nuevamente con Gabriel, quien, con la misma pasión que lo caracterizó desde el inicio de su travesía, compartió detalles de su travesía por la emblemática ruta. "La 40 que viene siendo muy dura, pero ya estamos a un día de completarla", relató el joven santiagueño, destacando las adversidades que ha enfrentado a lo largo del camino, a tan solo un día de completar su anhelo. Desde el frío extremo y la nieve en el sur hasta el calor en el norte, pasando por las difíciles condiciones del terreno, con ripios, baches y mucha arena, Gabriel no ha dejado que nada lo detenga.
A pesar de las dificultades, el joven aventurero se mostró optimista y lleno de emoción al acercarse al final de su recorrido. "Lo que en principio se veía como algo difícil y complicado, hoy de a poco se va haciendo realidad", comentó. Un momento especialmente significativo fue cuando cruzó el Abra del Acay, el punto más alto de la Ruta 40, a 4.895 metros sobre el nivel del mar. "Fue algo increíble para mí el ir viendo cómo la moto iba subiendo sin ninguna dificultad, a pesar de ir supercargada", expresó con entusiasmo.
Mensaje
Gabriel también aprovechó la oportunidad para enviar un mensaje de aliento a aquellos que dudan en emprender una aventura similar. "A aquellas personas que hoy no se están animando a hacerlo por distintos motivos, quiero invitarlos a que se animen", dijo. En su experiencia, no es necesario tener una moto de gran cilindrada para hacer realidad un sueño como el suyo. "Lo único que se necesita es ganas de hacerlo, y después se lo hace con lo que uno tenga", afirmó con convicción.
Su moto, una Honda Wave de 110cc, ha demostrado ser más que capaz para afrontar los desafíos de la ruta. A lo largo de su viaje, Gabriel ha demostrado que la determinación y el coraje son más importantes que las especificaciones técnicas de la moto. "La moto gracias a Dios se viene portando muy bien y esperemos siga así", agregó, dejando claro que, a pesar de las adversidades, está dispuesto a seguir adelante.
El viaje de Gabriel Jiménez es un claro ejemplo de que los sueños no tienen límites, y que, con determinación y valentía, cualquier desafío puede ser superado, sin importar las dificultades que se presenten en el camino. A través de su experiencia, ha demostrado que lo único necesario para emprender una aventura de este tipo es el deseo de hacerlo. Y con su Honda Wave de 110cc, está a punto de lograrlo. La pregunta hasta ahora, es como seguirá su viaje.
DS