
En esta sección vamos conociendo historias de gente que con proyectos y sueños han puesto en marcha un motor de motivación que los ha llevado por diferentes partes del mundo.
En este caso, Nuevo Diario dialogó en exclusiva con el reconocido director de cine Juan Sebastián Torales, quien se encuentra viviendo en Francia y presentando su primer largometraje “Almamula” en diferentes países.
Consultado acerca de cómo surge el proyecto de viajar al exterior, Juan Sebastián expresó; “La idea surge porque en el 2005 algún cortometraje titulado “La cruz”, con un amigo artista que se llama Luiso Vega. El corto queda seleccionado en Mar del Plata y después hace un recorrido en algunas salas independientes de Argentina. En ese entonces nos hacemos amigos unos franceses, en Córdoba en la ciudad que vivía yo en ese momento, que nos dicen “Nos encanta su corto tenemos una sala independiente en la que podrían proyectarlas allá en París. Así que si quieren vénganse aunque sea para para proyectarla y bueno para probar suerte”. En ese momento yo estaba con cinco trabajos en Córdoba trabajaba muchísimo no tenía vida estaba muy agobiado por el ritmo de vida que tenía que llevar para sobrevivir, para comer y dejé de ahorrar plata para pagar el alquiler y empecé a ahorrar plata para para pagarme un pasaje para irme a Europa y proyectar ese cortometraje esa película en París.
En el mismo sentido se refirió a las sensaciones al llegar a Francia; “En Francia me di cuenta de que todo era muy fácil, que todo era posible, que todo funcionaba y que era una ciudad con las puertas abiertas para todo lo que era expresión artística, todo lo que es cultura, arte y una vez que llegue ahí no quise volver nunca más. La dificultad más notoria que encontré primero que nada yo nunca me había ido de Argentina, tal vez unas vacaciones en Brasil cuando tenía 5 años pero nunca había salido del país. Así que fue un salto al vacío irme a otro país en el que se habla otra lengua. Pero bueno, era una lengua que tenía muchas ganas de aprender y que al mismo tiempo fue una de las dificultades más grandes que encontré cuando llegué, que era que no sabía hablar francés. Pero tuve mucha suerte, me encontré con gente muy simpática y también me enamoré. Eso aceleró mucho las cosas, en seis meses ya lo entendía y en nueve ya lo hablaba de manera fluida”.
A esto sumó; “Un piensa mucho en cómo se sale adelante si uno no tiene ese entorno que lo que lo contiene. Pero hay mucha gente como uno en los países extranjeros, no sos el único extranjero, hay gente que atraviesa lo mismo que vos. He tenido la suerte de conocer gente muy generosa y muy amiga que hoy son mis amigos de más larga data o sea son como mi familia”.
En tanto, respecto a la sociedad con la que se encontró, destacó; “Considero a los franceses como seres revolucionarios, lo llevan en su sangre. Son una sociedad que sabe luchar por sus derechos, por la igualdad y que nunca están conformes y que al no estar conformes así hacen evolucionar su sociedad constantemente. Ese espíritu revolucionario los tiene siempre en lo más alto del mundo. Siempre buscan la perfección y que todo funcione y que se haga y eso es algo a lo que yo le doy mucho valor. He conocido Francia desde 2006 y ha sido el hogar perfecto para un chico de Santiago que viene a realizar su sueño de hacer cine y de vivir del arte creo que ha sido el país adoptivo el mejor que podría haber elegido”.
Por otra parte, con referencia a si la distancia ayudó al proceso creativo Torales resalto; “Como dice la chacarera “Estaba donde nací lo que buscaba por ahí”. Inevitablemente yo me fui de Argentina y no dejé de pensar nunca en Santiago, nunca. Es más “Almamula”, mi primer película, nació desde este sentimiento de desarraigo y de esa necesidad de crear un lazo que me una para siempre con Santiago y con mi familia y con mis seres queridos allá. También ha sido como una excusa para poder pasar un año entero en Argentina filmando buscando haciendo casting buscando decorados. Todo este este viaje de hace 20 años me llevó a este momento tan importante mi vida que es la concreción de un sueño. Es seguro que la distancia me hizo valorar muchísimo lo que es Santiago”.
“Vivir en un país con Francia, en el que la cultura es tan importante, en el que valoran tanto lo que producen lo que generan, lo que hacen, me hace pensar en Santiago que somos la cuna de la cultura, que somos la madre de ciudades, que somos pura tradición que somos pioneros en un montón de cosas y que tenemos tanto potencial de producción desde nuestra comida nuestra música y nuestra ascendencia cultural.”
Además de estar presentando Su película en diferentes partes del mundo se le consultó si se encuentra trabajando en un nuevo proyecto; “En agosto se estrena se estrena “Almamula” en Francia en 60 salas. Es muy simbólico porque es mi país adoptivo. Es una emoción gigante tener el póster francés tener el tráiler francés y toda la movida alrededor de la salida de la película que la viví en Argentina, que fue hermoso también y ahora obviamente todo esta locura, este huracán, una vez que pasa te deja con ganas de más. Por supuesto estoy trabajando en dos proyectos, uno que sería la continuación de la trilogía del monte que quiero hacer. En la que parto de un tema actual social y lo mezclo un poco con la mística local. Ese es el segundo proyecto en el que estoy trabajando, no puedo decir el nombre, no puedo decir mucho porque es muy temprano todavía. Y estoy trabajando sobre otro proyecto también un largometraje de ficción, en el que me voy a aventurar en un género completamente diferente y que me fascina porque es algo que es parte mía y pero al mismo tiempo un terreno que nunca ha explorado”.
Sobre lo que más extraña de Santiago del Estero, Juan Sebastián compartio; “Por supuesto a mi madre, mis hermanas, mi hermano y mis 16 sobrinos que los adoro como si fuera mis hijos mi familia ante todo y hoy puedo decir que todo lo que he construido también gracias a “Almamula” que ha sido gigante, toda una red de artistas y de gente que no conocía yo cuando vivía en Santiago, nuevos amigos y sobre todo esa esa facilidad no de lo relacional en nuestra ciudad hacerte amigos y hablar con la gente es tan fácil todo es fluido todo. Es simple no hay que sacar una agenda para para organizar para ir a ver a tu mejor amigo, algo que aquí en Francia es mucho más estructurado y la gente a veces no tiene el tiempo”.
En consonancia con esto el artista remarcó; “En mi última visita he notado muchísimos cambios, muchísima evolución en cuanto a lo cultural. Me volví motivadísimo de saber que en ese sentido se ha evolucionado. Muy orgulloso de ver a Santiago crecer en ese sentido. En mi época no había ni la mitad de lo que hay hoy y fue muy emocionante encontrarme con obras de teatro, con grupos de teatro, con festivales de música, con eventos artísticos en cuanto a la pintura todo lo que lo que se mueve alrededor del arte que se ve hoy no se veía hace 20 años y es parte de una evolución”.
Para finalizar, el talentoso director santiagueño realizó una breve reflexión que sirve como ejemplo para quienes van haciendo sus primeros pasos en este tipo de proyectos; “Hay cuatro palabras que han forjado mi vida, que me las inculcó mi papá desde muy chico; disciplina, constancia, tenacidad, y ante todo humildad. Con esas cuatro palabras como bandera me encaminé hacia mi sueño. Es muy importante como ser humano tener proyectos, tener ambiciones, tener algo que te haga vibrar. Que puede ser una cosa ínfima, pero mientras te haga vibrar y vos vayas hacia eso el camino es inevitable y el cumplimiento de ese sueño es inevitable. No es fácil, es dificilísimo. Constancia y disciplina es algo que hay que tener hasta para ir al gimnasio. Creo que este debe haber sido un sueño muy ferviente y muy fuerte para mí hacer una película que no la largué durante 8 años y me tuve que alejar tanto de mi ciudad para lograrlo. Era parte de mi sacrificio también hay una parte de sacrificio. Creo que hay que tener un proyecto, un sueño. Por más infantil que suene o que sueñe es eso es tener un algo que te haga vibrar en la vida e ir por eso”.