Elizabeth “La Negra” Vernaci, presentadora y locutora, comentó el viernes pasado que recientemente le detectaron un tumor maligno y, por lo tanto, debió ser intervenida de urgencia, en Radio Pop.
“Me hice controles, lamentablemente, salieron mal. Me tuve que operar de un tumor que era maligno y tengo que empezar una quimio. Es una v..., me quiero matar. No, no me voy a matar (SIC)”, deslizó.
El equipo de Nuevo Diario, a propósito de esta noticia, se contactó con Alicia Roldán, presidenta de Un Pelito de Esperanza, el banco solidario de pelucas para pacientes oncológicos, quien analizó: “Estoy de acuerdo con no ocultar y enfrentar la situación por la que está atravesando”.
Vernaci, en ese sentido, señaló que está “atravesando una situación compleja”. “Gracias a Dios esto salió de mi cuerpo, no pasó a ningún ganglio y no llegó a ningún lado. Pero por una cuestión de prevención me van a hacer una quimio. Obvio que me da miedo. A nadie le gusta atravesar una quimio”, admitió.
Roldán, sobre esos dichos, entendió que “cada persona lo toma de distintas formas”. “Yo, en particular, no pasé por esa situación, pero sí familiares y amigas muy cercanas”, reconoció.
En rigor, la presidenta de Un Pelito de Esperanza no tuvo cáncer, pero sí su madre. “Ella solo se entregó. Le insistimos para hacer el tratamiento, pero nunca le puso ganas. En otros casos vi cómo la lucharon y lo tomaron como una prueba más”, recordó.
El banco solidario lleva entregadas, desde 2017 —año de su fundación— al día de hoy, más de 800 pelucas gratuitas. “A las mujeres que transitan está enfermedad y van al taller, siempre le decimos que pongan mucho de ellas, que no se dejen vencer y que luchen; por eso consideramos que es una parte muy importante del tratamiento el tener su peluca. Aunque no lo crean, ayuda mucho y levanta el autoestima el volver a verse bien”, aseguró.
“La Negra” contempló: “Me van a ir pasando situaciones de m... Seguramente no vendré a laburar muchas veces. Yo no sé si me voy a sentir bien, si voy a estar vomitando o si el quedarme sin pelo va a provocar que no quiera que me vean”.
La entrevistada afirmó que cuando una mujer ingresa a su sede, que se encuentra en Pedro León Gallo 1297, denota “tristeza”, “desánimo” y “frustración pensando que ya está todo perdido”. “La mayoría viene con la idea de que un cáncer la lleva a la muerte”, lamentó.
Roldán, tras ser consultada por el trabajo que llevan adelante y su impacto en el paciente, respondió: “Charlamos mucho con ellas. Compartimos sus ganas de hablar y desahogarse. Les mostramos nuestro trabajo y les explicamos cómo las confeccionamos”.
Y añadió: “Somos conscientes de que debemos reunirnos de paciencia. Tratamos de animarlas un poco, pero les pedimos que pongan de su parte para verse lindas. También les pedimos que nos digan cómo les gustaría verse y tratamos de complacerlas”.
Según la presidenta, “las primeras horas son ‘feitas’ debido a que “deben atravesar el momento de pelar su cabellera”. “Se desahogan y nosotras terminamos llorando con ellas. Pasado ese momento comenzamos a medir y ahí vemos cómo sus rostros comienzan a tomar vida: vemos sus sonrisas, sus ganas de seguir probando, y cuando eligen la indicada, son otras personas. Sus rostros se transforman, salen felices, y para nosotras es una fiesta verlas así”, concluyó.