Según la Organización Panamericana de la Salud, los ahogamientos causaron más de 2,5 millones de muertes en la última década. En Córdoba, sin ir más lejos, se produjeron 17 decesos por este motivo en los últimos dos meses y medio.
Gabriel Pérez Paz, guardavidas de la Secretaría de Deportes y Recreación de la Provincia y del Natatorio Olímpico Madre de Ciudades, remarcó que “si no hay guardavidas en el lugar, es preferible que no entren, sobre todo si son jóvenes”, en diálogo con Nuevo Diario.
Pérez Paz notó que “cada vez va creciendo más la necesidad de este tipo de personal especializado en prevención y rescate acuático”.
El entrevistado brindó dos recomendaciones tan simples como cruciales: “Primero que nada, hay que entender que siempre tiene que haber un guardavidas” y “divisar un mangrullo y quedarse cerca si es que se tiene pensando entrar”.
A Pérez Paz le pareció importante resaltar que “los ríos no son, y nunca lo han sido, lugares aptos para la recreación”. “En nuestra costanera -desarrolló-, que es tranquila, el año pasado hemos tenido entre tres y cinco casos de muertes por ahogamiento. Nuestro río Dulce es muy traicionero: uno puede estar haciendo pie, pero se encuentra un pozo y se va de cabeza, y la correntada lo termina llevando”.
No arriesgar la vida
“A los papás: tengan cuidado. No permitan que por la algarabía del momento o la sensación de tranquilidad que da un lugar calmo, sus hijos entren a un río o lago sin la presencia de un guardavidas y/o sin los debidos conocimientos en natación”, pidió el entrevistado.
El guardavidas indicó que “no se debe subestimar un espejo de agua, sea artificial (piletas) o natural (ríos, lagos, mares). Sobre todo si se trata de un río, que es lo que más tenemos aquí, en el norte. Hay que tener mucho cuidado y conciencia”.
“En la pileta de casa -continuó-, siempre hay que estar vigilando a los chicos. Cuando mejor estamos, es cuando nos sorprende, porque nos agarra desprevenidos”.
Un consejo más: “Traten de que los chicos no anden solos. Por lo general, suelen juntarse e ir en grupos a la costanera, si es inevitable, que no entren o, sino, que estén cerca del guardavidas o del personal del GER (Grupo Especial de Rescate). Que no se adentren más allá de la zona donde están las personas”.
Pérez Paz, en el cierre de la entrevista, dejó una última advertencia: “Para quienes no saben nadar, esto es simple: no ingresen. Que no nos venzan las ganas de querer divertirnos, porque puede terminar en un mal momento o en un suceso fatal. Que no nos gane el exceso de confianza de decir ‘esto está tranquilo, voy a entrar’”, completó.
