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La Provincia El relato de dos futuras médicas, una licenciada y una abuela y su nieta

Historias de sacrificio y lucha diaria de estudiantes y personal no docente

Desde el interior santiagueño hasta de provincias limítrofes, con un común denominador: la educación pública como incentivo.

Entre las miles de personas que asistieron ayer a la Marcha Federal Universitaria, se presentaron varias historias de vida vinculadas a la educación pública: la séptima hija de un matrimonio, quien se recibió de licenciada en Trabajo Social; dos futuras y una abuela no docente acompañada por su nieta de dos años y medio de edad.

Dos jóvenes aspiran a ser las primeras médicas en sus familias

Adaluz Echazú, salteña, de 25 años, estudia Medicina en la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Se encuentra en el último año del cursado y aspira a ser la primera médica de su familia. “Sin educación pública, los hijos de obreros no hubieran podido llegar, y ese es uno de los grandes logros de nuestra Patria. Me movilizo para que eso no se pierda”, comentó.

Nahomy Loto, oriunda de Garza (departamento Sarmiento), está en primer año. Tiene 20 años, es hija de un empleado municipal y de una verdulera. “Ellos nunca han podido estudiar una carrera, pero siempre han buscado que nosotros (por sus hermano) nos superemos y salgamos de donde vivimos y para estudiar y ser algo más en la vida”, retribuyó.

“Soy un testimonio de que los pobres sí llegamos a la universidad”

Rocío Silva Koleff se recibió de licenciada en Trabajo Social, en la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Es la séptima hija de un matrimonio conformado por un ama de casa y un carpintero.

“Marcho en defensa de la universidad pública porque todos deberíamos tener la posibilidad de elegir qué estudiar”, manifestó la joven de 27 que tuvo la posibilidad de acceder a una beca doctoral. “Soy un testimonio de que los pobres sí llegamos a la universidad”, afirmó.

La proveniente de Colonia Dora (departamento Avellaneda) indicó que “la universidad es una casa común donde muchos estudiantes del interior nos encontramos y nos sostenemos por sobre todas las cosas. Es imprescindible para la vida de algunos”.

“Es la posibilidad de muchas personas de poder ascender socialmente”

Patricia Chávez, trabajadora no docente, marchó desde la sede de la Universidad Nacional de Santiago del Estero hasta la plaza Libertad en compañía de Isabella, su nieta de dos años y medio de edad.

“Vengo a marchar por una universidad pública igualitaria y por su presupuesto”, admitió la madre de estudiantes que asisten a la casa de altos estudios.

“La educación pública es un valor que tenemos que mantener como sea. Es la posibilidad de muchas personas de poder ascender socialmente. Sin presupuesto, estamos en riesgo”, advirtió.

Marcha Federal Universitaria
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