Acerca del escenario actual a nivel mundial sobre el rol protagónico que cada vez va creciendo por parte de la inteligencia artificial, se plantean algunos interrogantes o planteos que sugieren una reconfiguración de nuevos conocimientos, paradigmas y más. Interrogantes, como: ¿La IA reemplazaría personas o transformaría la manera en que se brindan ciertos servicios? ¿Cuáles serían los sectores más afectados? ¿Qué pasaría con la creatividad y la generación de contenidos? ¿Y con asistencia y soporte? ¿Podríamos ver a la IA en roles educativos y de formación? ¿Cómo se implementaría para funciones holísticas?
Sobre esto, el Nuevo Diario dialogó con Belén Ortega, especialista en Inteligencia Artificial y Automatización; partner en Arwen, hub tecnológico, estratégico y creativo en LATAM.
“La realidad es que hoy la inteligencia artificial está dando sus primeros pasos, y falta todavía un recorrido importante para llegar a una etapa de maduración. Yo creo que no va a haber un reemplazo de personas, porque hay un miedo en el mercado con respecto a esto, sino que va a transformar la forma en que prestan el servicio. Por ejemplo, en atención al cliente, se utiliza la inteligencia artificial para agilizar trámites concretos, mientras que el agente humano se encarga más que nada de la entrevista o el ida y vuelta con el cliente. Entonces, la persona se especializa en tres cuestiones: el pensamiento crítica, la creatividad y lo que tiene que ver con la parte estratégica”, planteó primeramente.
En cuanto a una visión global: “Aquí en Argentina hoy lo que hacen falta son políticas de educación y de regulación con respecto a este tema. Las políticas de regulación faltan aquí y en el mundo, ya en Europa desde el año pasado se han comenzado a trabajar con respecto a ello. Pero Argentina necesita más políticas de educación sobre las nuevas tecnologías. Por ejemplo en China, ya hay una materia que es IA y nuevas tecnologías, en el nivel primario y secundario, y es una materia obligatoria”.
Acerca de la relación y el uso de los niños y jóvenes con respecto a estas nuevas tecnologías, planteó: “No creo que haya que hablar tanto de límites, pero sí de políticas de conversaciones. Para que los chicos empiecen a sentir confianza para que nos cuenten lo que hacen con las tecnologías. Porque el gran error es que los adultos les prohíben el uso, y ellos van y lo hacen, porque les atrae lo prohibido. Entonces hay que empezar a trabajar en generar esos momentos y esas charlas”.
“El límite lo va a poner cada tecnología según lo que se requiera en el momento. La inteligencia artificial no tiene límites. Va a ir avanzando para bien y nos va a permitir reconfigurar nuestras profesiones. Por ejemplo, lo que les va a pasar a los creativos o dibujantes, es que van a tener que reinventar su profesión y la modalidad de uso de su trabajo. Y cómo se relaciona con sus potenciales y clientes activos. Porque lo que está pasando ahora es que las políticas de los consumidores están cambiando, porque están cambiando sus modos de compra, de abordar y de buscar lo que requieren”, planteó.
Antes era “prosumidor”, ahora, ¿de qué modelo estamos hablando?
Hace unos años, a fines del milenio pasado e inicios de este (1990-2000), se hablaba de un concepto muy interesante que era “prosumidor”, ese usuario de la internet que era productor y consumidor a la vez. Ese modelo ha evolucionado hoy, ¿y ahora de qué se trata?
Sobre ello, Belén dijo: “Yo creo que los productores y los consumidores están cambiando sus modos de relacionarse y de vincularse. También están cambiando los modos de ver el mercado y la cultura. Siempre trazo el paralelismo con lo que fue la revolución industrial. Pasamos de la mano de obra a las máquinas. Hoy con la inteligencia artificial está pasando algo parecido, pero mucho más rápido”.
“La llegada de la información es casi instantánea, por lo cual el cambio de paradigma hoy es mucho más amplio y está cambiando a paso más rápido. Y las tecnologías ya están acorde a eso”, planteó.