
Con un gesto cargado de empatía y generosidad, el grupo juvenil Cima llevó adelante una jornada solidaria en el Hospital Regional, donde compartieron un desayuno con familiares y acompañantes de pacientes que se encontraban esperando en el lugar. La actividad se desarrolló durante la mañana y dejó una fuerte huella emocional en quienes participaron.
“Salimos por la mañana con el corazón lleno y las manos ocupadas”, expresaron desde el grupo a través de sus redes sociales, donde compartieron imágenes y reflexiones de lo vivido. Lejos de tratarse únicamente de café y pan, lo que ofrecieron fue mucho más: escucha, compañía, contención y afecto.
Los voluntarios se acercaron a quienes estaban atravesando momentos difíciles junto a sus seres queridos internados, brindando no solo alimentos sino también una palabra de aliento, una charla cercana y, en muchos casos, un abrazo necesario.
“No fue solo un café, también fue una charla, fue escucha y fue abrazo”, señalaron en su publicación. Además, agradecieron profundamente a todas las personas que colaboraron de alguna forma: “Gracias infinitas a cada uno que donó, que se sumó, que madrugó y dijo ‘acá estoy’. Sin ustedes, nada de esto hubiese sido posible”.